Jorge Marcelino Alejo
Es obvia la razón que esgrime el Presidente AMLO, al proponer 20 reformas a la Carta Magna de México: Es para proteger lo avanzado en justicia social, en el Gobierno de la Cuarta Transformación. Otra más, es que si regresa la Oposición al Poder Federal, que sea mucho lo que tenga que echar atrás.
De los temas que propuso en un aniversario más de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se vislumbra que la reversión de las pensiones a trabajadores cuyas reformas se aprobaron en los mandatos de los Ex Presidentes Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, sin duda, serán las que más ámpula levantarán en la recta final de su mandato.
Es evidente que el paquete de propuestas es voluminoso. Todas guardan su relevancia como en el caso de fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad como empresa pública, en detrimento de empresas privadas que le venden electricidad. Otra es la reforma electoral que plantea restarle financiamiento millonario a campañas políticas y al Poder Legislativo, mediante la eliminación de diputados y senadores plurinominales.
Pero en la propuesta de revertir reformas de pensiones a trabajadores, propuestas en 1997 y en 2007, la mera posibilidad de que esa intención pueda ser una realidad, le cambiaría la perspectiva de vida a los trabajadores que ahora están dedicados a la actividad productiva.
Desde luego sin soslayar el desaliento que viven –muchos ya fallecieron- quienes perdieron la esperanza de recibir la anhelada pensión tras una vida de trabajo.
Ahora bien, como la esencia es revertir las reformas de Zedillo y Calderón, que afectaron a los trabajadores del IMSS y del ISSSTE, el Presidente López Obrador respalda su propuesta con la creación de un fondo semilla por 64 mil millones de pesos que se irá incrementando. Con esos recursos se compensará a trabajadores del daño causado.
Si al final del Mandato de AMLO, no se aprueba esta reforma constitucional de tal envergadura, es más, si tanto diputados como senadores la objetan y se pospone desde su análisis, es seguro que le dejará un enorme paquete a su sucesora.
Pero si se aprueba aun con dos o tres desplantes, como ocurrió con la eliminación de las millonarias pensiones a los Ex Presidentes de México, estaríamos ante un hecho de gran significado histórico, porque como lo señalan en forma reiterada, la Constitución Mexicana recobraría su sentido social.
M E M O R A M D U M
INGRESOS
Hace algunos ayeres un presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación, Canacintra Puebla, me sorprendió cuando al responder a una pregunta, pidió que se incrementara el salario a los trabajadores.
¡¿Cómo?! ¿Un empresario pidiendo más salario para el trabajador?
Carlos Solana Pumarino explicaría también que si los ingresos aumentaban, el trabajador y sus familias tendrían más poder de compra y tendrían acceso a más productos, servicios y satisfactores, lo que terminaría por aumentar su demanda y producción.
La remembranza viene porque en las Reformas Constitucionales que planteó el Presidente AMLO, propone que el incremento al salario mínimo anual, nunca sea por abajo de la inflación; asegurar pensión para adultos mayores a partir de 65 años, el salario de maestros, soldados, guardias nacionales, marinos y médicos no podrá ser menor a los trabajadores inscritos en el IMSS y un jornal justo a campesinos que cultiven su tierra, bueno, insiste en que ningún funcionario gane más que el Presidente de la República.
Ahí está el mensaje: Mejorar ingresos de todo trabajador en los sectores Público y Privado. Ahí está la mejora económica.
joma61@hotmail.com