Jorge Marcelino Alejo
Tienen mucha sustancia, los puntos que en pro de la minería mexicana se aprobaron en las últimas jornadas legislativas, tanto de la Cámara de Diputados como en el Senado.
Entre otros se menciona que el Estado recupera la rectoría sobre los recursos minerales e hídricos; que tiene la decisión del otorgamiento, mantenimiento, supervisión y terminación de las concesiones mineras y de agua para uso industrial en la minería.
Se incluye también, que las concesiones serán por licitación pública y se le elimina el carácter preferente de concesiones mineras, y también, que los titulares de ellas no tendrán derecho a la expropiación de un terreno de explotación minera.
Desde la propuesta de estas reformas a la Ley Minera, se advirtió que levantarían diversas reacciones, sobre todo porque en su aplicación, se relacionan con las Leyes de Aguas Nacionales, Equilibrio Ecológico, Protección al Medio Ambiente y la General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.
Ahora bien, como la exploración y explotación minera no se detiene, dada su rentabilidad por la diversidad de minerales como oro, plata, cobre, litio, entre otros, es preciso asentar que se dejan sentir todavía serias desventajas que están lejos de superar.
Una muestra de ello, es que hace un par de quinquenios la Cámara Minera de México hacía estimaciones que del total de proyectos mineros en el país, el 30 % es de empresarios mexicanos y el 70 % esta en manos de la inversión extranjera, con países como Canadá, Japón Estados Unidos, China y Australia.
Aunado a ello, ahí están, latentes, las voces de los trabajadores de minas, las protestas de las regiones en contra del despojo territorial, del desplazamiento forzado de comunidades indígenas, de desequilibrios ecológicos, del deterioro y daño en zonas de actividad minera. Vamos, de alta contaminación de suelo, agua y aire.
Entonces, falta que los mexicanos avancemos en la explotación de nuestra riqueza minera, que se levante el orgullo azteca y que pronto surjan otras empresas mineras con inversión de capital nacional, además del Grupo México, Peñoles, Minera Frisco y Autlán. Lo ideal, es que se incorporen otros empresarios a esta industria, además de los magnates que ahora lideran.
El beneficio será aún mejor, si de ese pastel de inversión, les convidan a pequeñas y medianas empresas.
Por supuesto que eso reclamará un nuevo trabajo legislativo, que será para darle nuevo impulso a la ciencia y tecnología minera con talento mexicano, que debe forjarse en las Ciencias de la Tierra.
Nada será tan satisfactorio, que como producto de ese esfuerzo, la industria minera mexicana se coloque en un lugar digno en el ámbito mundial.
M E M O R A N D U M
MEDICINAS
Según Juan Carlos Moreno Valle Abdala Secretario de la Función Pública, cualquier funcionario involucrado y que no haya cumplido con su cometido, sin duda, se le fincarán responsabilidades. Su declaración se desprendió al informar que se investiga a funcionarios de la Secretaría de Planeación y Finanzas, sobre la inversión fallida de 600 millones de pesos que el Gobierno Estatal depositó al Banco Accendo, la institución financiera que se declaró en quiebra.
Algo bueno va a pasar en Puebla si se aclara tal inversión.
Si se recuperan los 600 o algunos millones, los que sean, no está por demás sugerir que se compren medicinas y se donen al IMSS Bienestar. Especialmente de las que no le abastecen en los últimos meses.
Es deseable que el titular de la Función Pública, haya encomendado el trabajo a los mejores sabuesos de la Secretaria a su cargo.
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