-En las nuevas construcciones arquitectónicas se están presentando temas relacionados con la generación de inversiones, en la promoción del turismo y asuntos sociales y políticos, que todo en su conjunto influyen en el consumo de esa nueva arquitectura y algunos de ellos, con un impacto mercadológico, como es el caso del Museo Internacional del Barroco de la ciudad de Puebla, el Museo Soumaya y el Museo Jumex, ambos, de la Ciudad de México.
La arquitectura y diseño de los espacios juegan un papel importante en el diario convivir de las personas y más ahora en este tiempo de pandemia sanitaria. En donde la arquitectura y su relación de belleza junto con el impacto mercadológico están llamando la atención de las personas.
A raíz de los cambios sociales y laborales que se están experimentando por la pandemia sanitaria, va a cambiar la visión tradicional de los espacios de oficinas y de la infraestructura inmobiliaria de las empresas, para dar paso a lugares más abiertos y de menor interacción social para promover la sana distancia y lo mismo sucederá con las casas habitación, expresó Ricardo Alonso Perea, catedrático de la Facultad de Arquitectura de la UPAEP.
Agregó que en el caso de las casas habitación, los cambios que vendrán serán en crear espacios más flexibles, amplios y que respondan al dinamismo de la nueva realidad social, “muchos de nosotros estamos viviendo la experiencia de convertir los espacios de la casa en áreas para la escuela, en oficinas o áreas de trabajo y no estábamos preparados para esta emergencia, en donde los espacios arquitectónicos no respondieron a estas necesidades”.
La preservación en la arquitectura y edificios históricos es importante y en ese sentido, la preservación tiene por objetivo el mantener y cuidar en todo momento al inmueble, a diferencia de la conservación que sólo se enfoca en algunos puntos o periodos de tiempo, como es el mantenimiento y protección de la construcción, como pueden ser los periodos de lluvias o el atender el deterioro de la fachada, permeabilización del mismo.
La preservación de los edificios históricos es importante, ya que forman parte de un patrimonio. Tomando en cuenta que el patrimonio son todas aquellas aportaciones a través del tiempo que nos permite conocer cómo fue la vida a través de soluciones espaciales, de formas, de materiales y que en su multiplicidad, es decir, en su ejecución de un edificio u objeto arquitectónico y otros más, hasta conformar barrios y ciudades, manifestó Alonso Perea.
De igual forma, dijo que se pueden observar esas formas materiales y que en un marco determinado de tiempo marcaron un istmo o estilo que nos permitirán conocer la identidad de un pueblo, de una ciudad o de un país y esas constantes de diseños que se repiten en esos objetos arquitectónicos lo vamos a entender como la arquitectura vernácula que es aquella propia de un pueblo o de una región, como es el caso de Taxco en Guerrero, que se caracteriza por sus cubiertas de dos aguas con tejas rojas, sus muros en su mayoría de color blanco y en la parte superior en color rojo; el mismo Centro Histórico de Puebla, el Centro Histórico de Cholula o de Querétaro, o de alguna otra ciudad del mundo, que tienen características totalmente diferentes.
Agregó que la preservación de los edificios históricos forma parte de las tradiciones, conocimientos y culturas, que mucha gente acude a visitar en diferentes partes del mundo, como son las catedrales, los palacios de gobierno, los zócalos o plazas públicas.
Señaló que la gente está visitando los centros históricos de diferentes ciudades del mundo, en donde sus edificios tienen un gran valor a través de la historia, pero no se debe perder de vista hasta cuándo estarán vigentes y podrán ser utilizados, a diferencia de las nuevas edificaciones que se pueden promover y conforme pasen los años van a generar una historia y poseer una belleza, además de su funcionalidad.
Alonso Perea subrayó que en el caso de los edificios nuevos, también se ven involucrados temas relacionados con lo económico, en la generación de inversiones, en el ámbito turístico, social y político, que todo en su conjunto influye en el consumo de esa nueva arquitectura y algunos de ellos llegan a tener un impacto mercadológico, como es el caso del Museo Internacional del Barroco de la Ciudad de Puebla, el Museo Soumaya y el Museo Jumex, ambos de la Ciudad de México, que tienen un gran impacto entre las personas, con diferentes variables en el tema del arte, pues les llama la atención visitar este tipo de lugares en lugar de acudir a un edificio o museo histórico.
Dijo que en la actualidad y con la llegada del Covid-19 el mundo sigue aprendiendo sobre los impactos de esta enfermedad, que se deben considerar en el futuro inmediato, porque tendrá una influencia en el nivel de preservación de los inmuebles.
Abundó que el reto ahora con los edificios históricos será adecuarlos para su interacción, para lo cual se debe considerar la capacidad del aforo, de la cantidad de gente que puede estar ahí y que ahora se tiene que hacer de forma regulada a través de grupos; conservar materiales y áreas ventiladas, que en muchos edificios históricos se tendrán que estudiar para hacerlos funcionales en estos momentos de pandemia.
Expresó que no se debe olvidar que la industria de la construcción se ha visto impactada por el virus del Covid-19 al provocar una desaceleración económica y operativa por la suspensión de las actividades.
Asimismo, comentó que a raíz de los cambios sociales y laborales que se están experimentando por la pandemia sanitaria, también va a cambiar la visión tradicional de los espacios de oficinas y de la infraestructura inmobiliaria de las empresas, en donde en más que desaparecer estos espacios, se van a transformar para dar paso a lugares compartidos, pero más abiertos y de menor interacción social para promover la sana distancia.
Reiteró que en el caso de las casas habitación los cambios que vendrán serán en crear espacios más flexibles, amplios y que respondan al dinamismo de la nueva realidad social, “muchos de nosotros estamos viviendo la experiencia de convertir los espacios de la casa en escuela, en oficinas o áreas de trabajo y no estábamos preparados para esta emergencia, en donde los espacios arquitectónicos no respondieron a estas necesidades”.
En los años de 1970 y 1980 los proyectos para espacios arquitectónicos para la vivienda, incluían un despacho u oficina, y conforme pasó el tiempo, este espacio se disolvió en muchos proyectos arquitectónicos destinados para las casas habitación y se redujeron de manera significativa.
Ahora con la pandemia de salud, surge de nueva cuenta la necesidad de contar con otros espacios en la vivienda como es el caso de tener un espacio adicional para la oficina y otras actividades que se requieren realizar en el hogar.