Un cáncer llamado 28 de octubre y Antorcha

Victor de Regil

Por años, en Puebla han existido dos organizaciones populares que se han convertido en un verdadero cáncer para Puebla, se trata de la “Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre  y Antorcha Campesina, de Aquiles Córdova Morán.

Estos, han hecho de la “defensa” de los pobres un imperio político y económico, este último, vinculado a ilícitos de cuello blanco como el huachicol fiscal, el blanqueo de dinero y complicidad con la delincuencia .

Destacan como lo peor de una sociedad que se niegan a renovarse y democratizarse, agrupaciones sociales como la “Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre” liderada por el dirigente vitalicio Rubén “Simitrio” Sarabia Sánchez. A imagen y semejanza de él han surgido otros en el estado.

Detrás del “sacrificado y perseguido” Rubén Sarabia “Simitrio” y sus hijos Xihuel y Atl Tonatiuh Sarabia Sánchez, existen presumibles delitos de trata de personas, trabajos forzosos y explotación laboral, al medrar con la extrema pobreza de miles de personas.

La UPVA 28 de Octubre es hoy sinónimo de una franquicia de poder económico y político utilizando la bandera de los pobres a quienes tienen sometidos a la esclavitud laboral, sometidos por el corporativismo, porque la 28 de Octubre es dueña de espacio público y privado. Se trata de un imperio que nació con demandas legítimas al comercio informal, pero se ha convertido en un negocio turbio al amparo de la creciente economía informal, con el cobro de piso a personas pobres y desempleadas.

En Puebla “Simitrio” es el Rey del ambulantaje, y ha extendido su dominio en el transporte público, invasión de predios, trata de personas, entre otros delitos.

Es tiempo de desmitificar a Rubén Sarabia “Simitrio”, en la medida que la explotación laboral, la trata de personas y el trabajo forzado, es esclavitud; la antidemocracia en su agrupación donde gobierna la monarquía familiar, y la acumulación de poder económico, lo deslegitima como demócrata y líder social.

Desde 1972 es el monarca del comercio ambulante, ha extendido sus tentáculos e impuesto una dictadura antidemocrática en “La 28 de Octubre”, donde impera el clan familiar, donde no hay elecciones y condicionan el “empleo” a cambios de cuotas obligatorias porque son dueños de bastos territorios en la metrópoli de la ciudad de Puebla, son los reyes de la economía informal.

Lo mismo ocurre con la agrupación Antorcha Campesina con sus brazos sociales y políticos del discurso de izquierda a favor de los pobres.

Aquiles Córdova Morán ha logrado un imperio económico y político lucrando con la pobreza de millares. Han hecho de la bandera a favor de los pobres en una “industria” rentable con la invasión de predios y casas, el chantaje para legalizar “expropiaciones”, el control de ayuntamientos, diputaciones locales y regidurías en alianza con el PRI o el PAN, así como la posesión de una red de empresas en Puebla y el Edomex.

Con el eslogan “La organización de los pobres de México» en 1974, dos años después de la constituida la UPVA 28 de Octubre, Córdova Morán fundó en Tecomatlán el llamado Movimiento Antorchista o Antorcha Campesina.

Fue señalado en múltiples ocasiones de ser el brazo agrario de los gobiernos del PRI para frenar el avance de agrupaciones campesinas como la UCI, CIOAC y grupos disidentes de la CNC, para posteriormente afiliarse como sector del PRI en 1988.

Incursionó en el transporte público con taxis y peseras, controla el comercio informal en tianguis y en la vía pública; gobierna ayuntamientos donde no hay alternancia Tecomatlán y Huitzilan de Serdán y mantiene una alianza con el PRI, PAN y Morena.

Con el cargo vitalicio como dirigente nacional, Córdova Morán ha expandido un cacicazgo familiar, dueña de territorios, predios, empresas, viviendas, transporte de materiales de construcción, restaurantes, que ha hecho del movimiento a favor de los pobres, un emporio.

El antorchismo es intocable, puede invadir predios federales como en la ribera del río Atoyac, al sur de la ciudad, para rellenar con escombro, edificar y vender viviendas ilegales, sin que la autoridad municipal o estatal se lo impida; así ocurrió con el alcalde panista Eduardo Rivera y el gobernador sustituto Sergio Céspedes, a cambio de votos para Morena y el PAN.

¿Habrá llegado el momento de ponerles un alto a ambas organizaciones? Esperemos que sí.