Víctor de Regil
Las elecciones extraordinarias del próximo 23 de marzo en cuatro municipios de Puebla representan, en realidad, el primer gran reto electoral del nuevo grupo en el poder en el estado. Aunque muchos los minimicen política y mediáticamente, los comicios en Venustiano Carranza, Chignahuapan, Xiutetelco y Ayotoxco son la primera prueba de fuego del armentismo en el terreno electoral. Y es que tanto un triunfo como una derrota revelarán un significado político profundo y perfilarán la fuerza del régimen para futuras y más importantes batallas en las urnas.
Hasta donde se sabe, Morena y sus aliados, que literalmente arrasaron en el proceso electoral de 2024 en todo el estado, han recibido la instrucción de tomarse muy en serio las cuatro elecciones para presidentes municipales.
Se sabe, incluso, que ya se nombró y comisionó a coordinadores electorales específicos para cada uno de los municipios, entre ellos algunos diputados, con la única misión de ganar. Las señales son, pues, en el sentido de que van con todo, sin concesiones para la “oposición”, que por lo demás le está facilitando -y mucho- las cosas al régimen.
A muchos sorprendió el anuncio de que el PAN y lo que queda del PRI no irán en alianza ni en candidaturas comunes en Venustiano Carranza, Chignahuapan, Xiutetelco y Ayotoxco. A diferencia de lo sucedido en 2024, panistas y priistas postularán a sus propios candidatos, lo que en la práctica es una clara ruptura y un contundente mensaje de que su caótico e improductivo matrimonio por conveniencia ha devenido en divorcio.
Se dice que el nuevo presidente del CEN, Jorge Romero Herrera, dio la instrucción de marcar una raya con el PRI, como nueva política electoral. La prohibición de hacer alianza con el tricolor se extiende a Veracruz y Durango, estados que renovarán sus 212 y 39 municipios, respectivamente, el próximo 1 de junio.
A Jorge Romero se le explicó el escenario de cada municipio, en especial el caso de Venustiano Carranza, donde en 2024 Marco Valencia fue respaldado por PAN-PRI-PRD-PSI y obtuvo 6 mil 865 votos por 6 mil 202 votos de su contrincante, Ernesto García Rodríguez, de Morena. Como se sabe, tras un indescifrable galimatías político-electoral, la elección se anuló y el TEPJF ordenó su reposición. Sin embargo, al menos en este caso en particular, la unión de la “oposición” demostró competitividad frente al partido en el poder.
A pesar de ello, la instrucción fue: con el PRI, nada, ni a la esquina. Una decisión que favorece indudablemente el escenario pretendido por Morena y sus aliados: un escenario de “carro completo”.
Si no ocurre otra cosa, el PAN llevará candidato único en Venustiano Carranza, donde repetirá Marco Valencia, y lo mismo sucederá en Ayotoxco, con Pedro Báez. En Chignahuapan y Xiutetelco no presentará candidatos.
El armentismo se enfrentará a su primera prueba electoral desde que llegó al poder y buscará ratificar la hegemonía de Morena de cara a futuras citas en las urnas
Por su lado, PAN y PRI, borrados como oposición, casi en grado de caricatura, irán solos y tratarán de arrebatar a Morena por lo menos dos de los cuatro municipios en disputa, lo que al menos anímicamente les serviría para empezar a superar el trauma que les supuso la aplastante y humillante derrota de 2024.
Ya Mario Riestra Piña, dirigente estatal de Acción Nacional, demostró su tamaño al dejar que Morena se apoderara de la mayoría de las 17 juntas auxiliares del municipio de Puebla, en los plebiscitos celebrados el pasado 26 de enero.
Para él, los procesos electorales extraordinarios del próximo 23 de marzo también representarán otra prueba de fuego para su alicaído liderazgo. Muchos panistas suponen que sus pactos y acuerdos en lo oscurito con el armentismo, y que pasan por impunidad para él y sus hermanos, representan derrotas por anticipado.
Riestra se consolida día a día como un opositor sumamente cómodo para el poder, más incluso que Eduardo Rivera Pérez. Detrás de ello, hay una larga, larga historia. Ya se verá qué sucede en las alcaldías en juego y ello permitirá seguir sacando conclusiones de la simpática opereta en la que él es director, guionista, actor y productor principalísimo.