María Dolores Pliego Domínguez. Toluca, México. 1968. Desde el 2001 radica en Ayapango, Estado de México. Candidata a doctora en Educación, maestra en Educación y Docencia, licenciada en Letras Latinoamericanas. Premio Internacional de poesía “Fanny León Cordero 2007” (Ecuador); mención especial en el Primer Concurso Latinoamericano de Cuento Alma Fuerte 2004 en Argentina. Escritora seleccionada y editada en los Primeros Juegos Florales del Siglo XXI, 2005 (Montevideo, Uruguay). Tiene publicado los poemarios La escoba de Goliat (Abrace, 2023), De Lesbia a Catulo y otros poemas, (Punto de Fuga CTE, 2008). Forma parte de diversas antologías poéticas como Círculo de poesía 6 y 8, en Uruguay y el libro colectivo “¡Ay!, qué bonito es volar representaciones contrahegemónicas de la brujería en Latinoamérica. Ha participado en encuentros de escritores nacionales e internacionales. Actualmente se desempeña como catedrática en el Centro Universitario UAEM Amecameca y como asesora metodológica en el Bachillerato General en la Zona 51 de Chalco.
Poema 1
Ya entiendo que tu cuerpo
tienen más de mil caminos,
menos lágrimas, más gozo.
que la lengua de tu lengua ya no es mía,
ni la luna sangrante de tus dedos.
Convengo que tus palabras se secaron
a la salida de un cine
o en cierta biblioteca.
Que mi historia no tuvo lugar en tu libro.
Que fui inferior a las gaviotas,
a los segundos de tu muerte.
Ajusto cuentas con las llaves,
el metro y el teléfono.
La tarde
me sumerge en tus labios
en tus puentes,
en tus días casi bermejos.
Numero de principio a fin
cada parte de tu cuerpo
cada uno de tus besos….
Y te huelo, te pruebo, te lloro.
Este año Dios
Este año Dios
Se le han caído los días.
Los meses son más largos.
Los relojes
no suman horas.
Tic-tac.
pasó de largo
la primavera.
Tic- tac.
la madurez
de mayo se ha ido.
Afuera,
una hoz desorientada
confunde marzo con otoño,
noviembre con diciembre;
hijuelos con madroños.
Desde entonces
La lluvia, la sal
el incienso .la cempaxúchitl
no paran desde enero.
Y en los camposantos
sin flores, sin cirios
ni pulmones
los cuerpos se vuelven polvo,
Y los espíritus
esperan a que Dios
encuentre nuevamente
La agenda de los días