¿Capital imparable o el desastre?

Victor de Regil

 

La ciudad de Puebla es un desastre en materia de seguridad. Aún no se percibe la que será la estrategia del nuevo presidente municipal, pepe Chedraui. Al contrario, las notas sobre la delincuencia en Puebla son cada vez más alarmantes y parece que la autoridad municipal no más no sabe que hacer.

Como sabemos, es la seguridad la principal preocupación y exigencia de la ciudadanía. Existe, incluso, una encuesta de percepción y es, inevitablemente, el mayor parámetro para medir la eficiencia de los gobiernos en la materia.

Pero la realidad es la realidad y esta nadie la puede ocultar ni esconder. El pan de cada día en la capital de Puebla es de balaceras, asaltos, homicidios, cuperos desmembrados, linchamientos, secuestros, extorsiones, cuerpos calcinados, cuerpos desmembrados, etc. No hay día que no leamos una nota al respecto.

Desde el pasado 15 de octubre, entraron en funciones los 217 presidentes municipales de Puebla, incluyendo la capital. El resumen de esos primeros 2 meses, al menos en lo que refiere a la seguridad, es simplemente un desastre.

En este tiempo, la actuación ha sido decepcionante. Lo anterior viene a cuenta luego de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del municipio de Puebla capital presentó algunos de sus “resultados”. De acuerdo con la información que presentó el titular, Fernando Rosales Solís, las estadísticas de incidencia delictiva muestran una “notable disminución en los principales seis delitos de alto impacto”.

El reporte hace referencia a los primeros 50 días de la actual administración. No tendríamos por qué no creerle al señor secretario. No hay en realidad ninguna razón para poner en duda su aseveración de que, desde su escritorio, han bajado los delitos. De lo que tenemos absoluta certeza, por la percepción de la vida cotidiana que tenemos todos los ciudadanos, es que la delincuencia está muy presente en la capital poblana.

En las últimas semanas, prácticamente tenemos un conocido, un vecino, un amigo o un familiar, que ha sido víctima de un hecho delincuencial. Casi no hay día en que no haya una balacera o un gran atraco. Y el tema, en cuanto al ayuntamiento de Puebla, es que se tenían y se tienen enormes expectativas sobre un mejor desempeño.

Esa esperanza fue la que allanó su triunfo sobre la opción que ya estaba gobernando, la cual entregó desastrosos resultados en la materia. Es decir: el PAN, que ya de suyo lo hizo bastante mal. Tal vez hace falta que las autoridades del gobierno que encabeza José Chedraui reparen más en la dinámica de la entidad. Es muy probable que ni siquiera se hayan dado cuenta de algo básico: lo que pasa en la capital impacta a nivel estatal.

Si hay la percepción de que la capital poblana está perdiendo la batalla contra la inseguridad, eso se magnifica y se percibe como un contexto general de todo el estado. Aquí también hay que reparar en que en temas políticos, hay una percepción adversa a los gobiernos de la 4T, en general. Porque la pregunta que se hace el ciudadano común es elemental: ¿pues no que lo iban a hacer mejor?

Esto le pegará directamente al nuevo gobernador Alejandro Armenta, pues resulta que sin que haya corrido ni siquiera el primer minuto de su gobierno, ya tiene en contra una percepción ciudadana generalizada respecto de la inseguridad.