Jorge Marcelino Alejo
Sería sorprendente que México reemplace importaciones de productos chinos, pero lo sería más, que por ahora se redujeran todas las importaciones, vengan del país que vengan.
Y todavía más estupendo, que a consecuencia de ese reemplazo, se le diera total apoyo y facilidades a micro, pequeñas, medianas y grandes empresas mexicanas, para que produzcan lo que el mercado nacional demanda y consume. Y por ende, se incrementen exportaciones de infinidad de productos, que irían reduciendo el déficit comercial que tiene México con países como China, Estados Unidos y Canadá.
Nos permitimos soñar un poco, porque cuando escuchamos la disposición de la Presidenta de México Claudia Sheinbaum, de reemplazar importaciones de productos chinos por productos fabricados en México, nos invadió nuevamente el viejo anhelo de que México sustituya importaciones, cierre fronteras, incentive la creación de empresas y venga una nueva ola para más industrialización del país.
¿Cerrar fronteras? pues sí. Así como lo hace Estados Unidos cuando practica el proteccionismo comercial en defensa de sus mercados y su planta productiva, con lo cual, bloquea a productos mexicanos cuando le da la gana. Y ahí están las penurias de productores de limón, aguacate; camarón y otros.
Si se encamina al país hacia metas de comercio internacional al más alto nivel, no se tendrían que escuchar molestos señalamientos como los de Estados Unidos y Canadá, de que de que por México están entrando productos chinos para ser llevados a Estados Unidos y a otros países de América Latina. Bueno, Canadá no se midió al pedir que México sea excluido del tratado T MEC, donde los tres países son socios comerciales.
Por supuesto que fue inmediato el revire de la Presidenta de México, al afirmar que ese señalamiento no es correcto, con lo que dejó clara su posición dentro del T MEC cuando llegue el momento de su revisión.
Mientras tanto ya dio instrucciones para que se hurgue sobre qué productos de China se están comprando de más, con el propósito de que sean producidos aquí por fábricas mexicanas o de Estados Unidos, dada la integración comercial que se tiene con Norte América.
Pero así como señalamos al principio, que lo ideal es reemplazar importaciones vengan del país que vengan, también se reconoce que no es un asunto fácil. Resultará escabroso porque se deberán revisar leyes, medidas regulatorias y otros menesteres que reclama el comercio exterior, pero estamos a principio de sexenio y tiene que haber avance en esta materia.
M E M O R A N D U M
427, 868
Con la firma del Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, se abrieron cauces que pueden anticipar el destino que correrá la concesión a favor de la empresa Agua de Puebla para Todos.
Es cierto que todavía no se estiman situaciones de frenar o prohibir concesiones para uso del agua, pero en la firma del Acuerdo, la presidenta de México Claudia Sheinbaum enfatizó que se trata precisamente, de garantizar buen uso del agua, además de poner orden en las concesiones otorgadas para explotarla de ríos, lagos, presas, pozos y norias de todo el país, en las que figuran empresas privadas y Gobiernos Estatales y Municipales.
Según la Plataforma Nacional de Transparencia se han autorizado 427 mil 868 concesiones, y mismas que se deberán ordenar con transparencia y legalidad para tener un “registro único”, hasta ahí se conocerá el futuro de Agua de Puebla, ya enmarcado en lo que será el Plan Nacional Hídrico con el que se buscará ese buen uso del agua.
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