-Con la publicación de Trinidad-Lectio, Sicilia reafirma su compromiso con la poesía como un vehículo de humanización, espiritualidad y cambio social, invitando a las nuevas generaciones a redescubrir su poder transformador.
En un evento organizado por el Departamento Editorial de la UPAEP, el reconocido poeta y activista Javier Sicilia presentó su obra, Trinidad-Lectio. Durante el conversatorio, Sicilia reflexionó sobre su vocación poética, su trayectoria y la relación intrínseca entre la poesía, la espiritualidad y la lucha por la justicia social.
En el conversatorio, que estuvo moderado por Jorge Medina Delgadillo, Vicerrector de Investigación de la UPAEP, se destacó la relevancia de Sicilia como una figura emblemática de la literatura mexicana contemporánea, no solo por su obra poética, sino también por su activismo en movimientos como el «Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad», que visibilizó a las víctimas de la violencia en México.
«Para mí, la poesía es el lugar donde nos volvemos profundamente humanos», afirmó Sicilia al describir cómo su formación cristiana y la influencia de su padre moldearon su mirada poética. Relató cómo su infancia estuvo marcada por la lectura de textos sagrados y poéticos, que considera «revelaciones del sentido oculto de la realidad».
La presentación no solo abordó la obra de Sicilia, sino que también exploró el papel de la poesía en un mundo marcado por la mercantilización y el racionalismo. Sicilia subrayó cómo la poesía, a pesar de estar marginada en la actualidad, sigue siendo una «rebelión del espíritu humano», capaz de desafiar los discursos unilaterales del poder y ofrecer una visión trascendental de la realidad.
Asimismo, resaltó el valor de iniciativas como las de la UPAEP para mantener viva la poesía en espacios académicos. «Es alentador ver que existen nichos donde la poesía encuentra refugio, como aquí, donde la tradición católica y poética se entrelazan», expresó.
Con la publicación de Trinidad-Lectio, Sicilia reafirma su compromiso con la poesía como un vehículo de humanización, espiritualidad y cambio social, invitando a las nuevas generaciones a redescubrir su poder transformador.
En su intervención, Sicilia recordó momentos de su vida marcados por la tragedia, como el asesinato de su hijo Juan Francisco. A partir de ese dolor, surgió su lucha social a través del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. “El amor es impotente frente a la muerte, pero acompaña en el sufrimiento”, mencionó, citando al poeta César Vallejo.
Asimismo, el autor subrayó que el cambio no vendrá de un Dios todopoderoso, sino de la acción humana. “Dios no es un mago ni un totalitario. Nos toca a nosotros resolver nuestros problemas desde el amor y la justicia”, afirmó, llamando a escuchar las voces de las víctimas, quienes revelan dónde está el dolor y la posibilidad de sanar.
El evento culminó con un diálogo entre el poeta y el público, donde Sicilia resaltó que la fuerza transformadora de la sociedad reside en la capacidad de compadecerse y acompañar al otro, elementos esenciales para reconstruir el tejido social.
Con Trinidad-Lectio, Javier Sicilia no solo propone una introspección sobre lo divino, sino también una llamada a la acción solidaria y compasiva en un mundo lleno de heridas y posibilidades de sanación.
Cuando se le preguntó qué puede decir un poeta al poder en el contexto de un mundo cada vez más autoritario, Sicilia fue categórico: “Los políticos no son capaces de entender. Una iguana entiende más que ellos”. Propuso, en cambio, que la sociedad civil construya alternativas paralelas, alejándose de la dependencia del Estado y de un sistema que considera en crisis terminal.
“El modelo del Estado nación, con sus ideales ilustrados, ya no da para más. Estamos ante una oportunidad de reimaginar la política desde la esperanza y la responsabilidad”, añadió. Sicilia ve la actual decadencia como una etapa de transición que podría llevar a la revelación de nuevas formas de convivencia humana.
Sobre la participación de los jóvenes, Javier Sicilia recalcó la importancia de generar espacios de reflexión que trasciendan las pantallas. “Tenemos que detenernos, mirar el pasado y el presente, y construir juntos. Es urgente fomentar diálogos intergeneracionales que permitan encontrar soluciones frente al mal que vivimos”, mencionó. Propuso el regreso a los libros y la discusión de textos fundamentales como una vía para reconstruir la ética frente a los desafíos actuales.