Agua de Puebla, 10 desastrozos años

Victor de Regil

 

Agua de Puebla, desde que logró su concesión para surtir el vital líquido a Puebla Capital y la zonta metropolitana, ha sido un desastre. Para la nueva administración estatal que encabezará Alejandro Armenta, difícilmente se iba a echar abajo el contrato celebrado, entre la empresa Concesiones Integrales, “Agua de Puebla” y el gobierno del estado hace 10 años, debido a los candados establecidos en el papel, en donde la empresa, propiedad de la familia, Hank “Grupo Caliente”, tiene como ventajas.

Y es que, la recesión de dicho contrato firmado por la administración de Rafael Moreno Valle, implica que el gobierno, la nueva administración de Alejandro Armenta, tuviera que cubrir una indemnización por poco más de 8 mil millones de pesos, alrededor de 400 millones de dólares, a favor de la empresa.

Que nadie se haga ilusiones, es casi materialmente imposible echar abajo el título de concesión a 30 años, avalado por el Congreso local en 2013, por las implicaciones económicas que tendría para el primer año de operaciones de la nueva administración estatal.

Pero aquí surge la pregunta, ¿Qué si se puede hacer? Obligar a la empresa a mejorar la prestación del servicio, el cual se puede calificar de regular a bueno, aunque se necesita que se concreten la mayor parte de las inversiones programadas, para mejorar la distribución del agua en la mancha urbana de la ciudad de Puebla.

El tema de quitarle la concesión a “Agua de Puebla” por parte de los candidatos de la 4T ha resultados ser electoralmente lucrativo en campaña, pero en los hechos y se les dijo, es inviable, por lo que representa económicamente, además de que implicaría un pleito legal, de grandes proporciones para el gobierno y en donde los principales afectados en lo que se resuelve serían los ciudadanos.

Si bien es cierto es interesante la comparecencia de los funcionario de Agua de Puebla y del Soapap ante comisiones en el Congreso local y puede considerarse como un punto a favor de los legisladores, lo cierto es que también, en muy poco van a cambiar las cosas.

Colectivos civiles y activistas, han asegurado que el 70 por ciento de usuarios carece de un buen servicio. A la mayoría les llega una o dos veces por semana agua a sus casas. Incluso, hay cálculos de pérdidas del 21 por ciento de la producción acuífera.

Agua de Puebla asegura que extrae 4 mil 320 litros por segundo, que son 136 millones de metros cúbicos al año, lo que equivale a 300 mil metros cúbicos diarios de agua. De este modo, alcanzaría suministrar 200 litros por persona, según los cálculos.

Pero la empresa argumenta que pierden el 21% del agua. Entonces, alcanzaría a dar 150 litros al día por persona. En realidad, el 70 por ciento tiene vital líquido solo una o dos veces por semana. Todo por una clara ineficiencia en el manejo de la red y del agua, mala capacidad para administrarla, operar y distribuir.

Pero las tarifas son como si hubiera agua 24 por 7. Al tener altos costos de producción en el agua y con ineficiencia en la administración, el aumento en las tarifas se lo cargan a los usuarios.

Y es que, según cálculos de los mismos colectivos y activistas, solo tienen un 35 por ciento de recaudación. El 65 por ciento de los usuarios no pagan, la mayoría porque simplemente tienen mal servicio.

En su campaña, Armenta prometió revisar el caso y meterse de fondo, pero adelantó que revocaría la concesión sí y solo sí es económica y jurídicamente viable de hacer, lo que nos augura que el tema de la revocación está prácticamente descartado. Lo que sí está en manos del próximo gobernador, es poner en cintura a esta empresa, detener sus abusos y exigirles un servicio de calidad, así cómo la búsqueda de nuevos pozos y fomentar una agresiva estrategia de reutilización del agua.