Gustavo Monterrubio Alfaro
Por ahí anda una pandilla de tipos y tipas que pretenden escalar el pináculo udegeísta.
Pues bien, como a los mundanos individuos a los que pertenezco nos es vedado el acceso al olimpo universitario, les plantearé algunas dudas, sospechas y certezas, para que iluminen mi escaso entendimiento y me liberen de la ignorancia en la que me debato, como ese bato, ‘sic’.
En primer lugar, me gustaría saber ¿qué aportaciones han hecho a la ciencia, a la tecnología y a la cultura, en cada una de las disciplinas que presumen y de las que ostentan flamantes posgrados? Algunos expedidos por la Academia Lucita te Capacita.
No soy tan exigente pidiéndoles planes y proyectos sobre ¿qué harían?, porque finalmente ¿de qué sirven?
Ahorren tecleos y saliva, porque lo qué exijo es patentes registradas, obra publicada y reconocida, y cualquier otro aporte. No me vengan con que han ocupado puestos burocráticos de esto o de aquello, ¡no!; lo repito, para que me entiendan: trabajo científico y técnico, que se traduce en aportaciones teóricas, dispositivos tecnológicos, patentes, obra impresa o digital, no articulillos de unas decenas de páginas, suscritos por dos o más genios, que en no pocos casos los agrega él o los verdaderos autores. A RPL lo agregó a su tesis de licenciatura Jesús Gurrola, y otros de la mafia udegeísta ni tesis hicieron, quiero decir, se fusilaron dos o tres artículos de revistas y libros y ese fue su brillante y arduo trabajo que para obtener el…
Porque la cruda verdad es que las y los candidatos han obtenido los cargos que ocupan y por el que contienden, por ser no las y los más brillantes académicos y científicos, ni las y los más honestos y capaces, sino tristemente familiares del capo fugado o de algún capito, ergo, la actual tetrarquía; abyectos, amante o pareja en la preferencia sexual requerida, aduladores, subordinados, cómplices, secuaces y cualquier otro vínculo que, hasta donde entiendo, nada tiene que ver con las funciones sustantivas universitarias.
Esta sentina de detritus no es privativa de la UdeG, es universal y tan antigua, como la lucha por el poder.
La competencia era feroz por ser el favorito, el amante, el más abyecto, cómplice, servil, leal, adulador, corrupto y rastrero, del capo di tutti capi (qepd), méritos exigidos para aspirar a cualquier cargo dentro y fuera de la universidad. Aunque estos mecanismos a veces fallan, por ejemplo, Carlos Briseño fue servil hasta la ignominia, logró escalar al máximo cargo, pero se atrevió a disputarle el poder al ex capo fugado y terminó asesinado. Este esquema se mantiene inmutable hasta el día de hoy, sólo que ahora se diluye entre cuatro capitos, por lo que no creo que la relación de las y los títeres con los titiriteros, sea sana: de pares, independiente, de méritos reales y respetuosa.
Por ejemplo, ¿cuál es el mérito de Gustavo Padilla Montes, que justifique los cargos que ha ejercido en el CUCSH y en el CUCEA? El único que le conozco es ser hermanastro de Raúl Padilla. ¿Tiene pruebas que aportar?, pues que las exhiba, su ridiculum, por ejemplo, esto es, las pruebas que demuestren que le ampara una brillante carrera científica, docente y que ha hecho aportes al desarrollo cultural, científico y tecnológico del estado y del país.
¿Qué mérito tiene Trinidad Padilla López? No le conozco otro que ser hermano del cacique fugado, ergo, RPL. El único mérito que tiene me dicen quienes lo han tratado, al parecer es ser un buen cuenta chistes; no lo he confirmado, por eso le otorgo el beneficio de la duda.
¿Qué mérito tiene Tonatiuh Bravo Padilla? Haber traicionado a Horacio García Pérez e incorporarse a la mafia de RPL, grupo en el que nunca fue aceptado, no obstante, la abyección que le mostraba a RPL, razón por la que lo humillaban, los guaruras del cacique fugado lo zancadilleaban y derribaban al ingresar, lo ofendían, se mofaban de él, lo ignoraban, lo revestían de los más deleznables adjetivos denostativos; aguantó todo y se ganó a pulso, más méritos no se le podían exigir, so pena de pecar de abusivos: escalar a reptor general.
El triunvirato siempre tratará de mantenerlo lo más lejos posible de la UdeG. Que se entretenga levantando el dedo y proponiendo tonterías.
¿Qué mérito tiene Ricardo Villanueva? Haberse ganado el voto del gran elector (qepd), con el método descrito, porque le preguntaría lo mismo: ¿qué ha aportado, que no sea grilla barata, servilismo y complicidad, que sea útil a la sociedad en los campos científico, cultural y tecnológico?
La lista sigue pero sería tan larga que necesitaríamos años para terminarla, porque todo mono y mona que ha ocupado cargos en la institución, del nivel que sea, tiene una historia que contar, y no es precisamente de credenciales de honestidad, académicas, culturales y científicas. Claro que hay docentes y científicos cualificados, pero si se respetan no se prestan para estos juegos perversos y circenses, incluso no pocos han optado por migrar a otras instituciones de diversa índole, menos pervertidas.
Por ahí anda una candidata que ha exhibido sus miserias familiares, para darse a conocer, acusa de violencia vicaria al padre del hijo de ambos, y claro que le asiste la razón, su ex pareja es un patán, engreído, soberbio e imbécil, Naucatzin Bravo Aguilar, un tipo que escaló de la miseria a la abundancia y se mareó, cuyo único mérito, igual que el resto, es ser primo de Tonatiuh Bravo. Y claro que Leticia Leal se benefició de esta relación en un principio, ya dentro de la grilla interinstucional pudo jugar con otro grupo antagónico al de Tonatiuh, incluso ignoro si la ruptura con el tal Naucatzin, también afectó la relación con Tonatiuh y éste sigue apadrinándola o es otro caciquillo el que mueve los hilos, o tal vez, pertenecía a otro grupo político antes de cometer el error de formalizar su relación con el susodicho.
En esta carpa de chismes de lavadero, Naucatzin contraatacó y hasta presentó como prueba irrefutable al hijo en disputa y la versión de éste, acusando a la madre de presunto abuso sexual. Es obvio que el sueño de convertirse en la primera mujer en ser elegida reptora general, se esfumó.
Creo que la sociedad y los universitarios en particular, tenemos derecho a saber quién apadrina a cada cuál, o sea, quién o quiénes son las marionetas con las que juega Trino, Tonatiuh, Ricardo, Alfredo y si le dieron chance a algún externo de arrear candidat@. Esta información circula en los corrillos universitarios, pero sería conveniente, en aras de la transparencia y el respeto a la sociedad, que cada uno o una informara de su padrinazgo.
Y no me vengan con la desgastada, insulsa y patética retórica que son independientes, que compiten por la libre, que no son títeres de caciquito alguno, que han forjado su carrera por mérito propio, que sólo aspiran a servir a los universitarios y a la sociedad, o estupideces semejantes que ofenden la inteligencia y el sentido común; podría haber un garbanzo de a libra, preséntenmelo.
Este choro ramplón prueba de manera irrefutable el nivel intelectual de las y los suspirantes, incluso no se lo creen ni ellos, es más, ni un Down, con todo respeto a estos simpáticos chicos y chicas.
Este esquema de selección es el que persiste desde que los analfabetas funcionales, porros, gatilleros y corruptos expulsaron al último rector decente, Rafael García de Quevedo Palacios, y es lo que mantiene postrada a la UdeG, y mientras la misma camarilla siga manipulándola, esta situación persistirá y tendremos garantizado el éxito para vivir en el atraso científico y tecnológico.
Para entrar al juego y aspirar a cualquier cargo en la universidad o fuera de ella no son determinantes credenciales de honestidad, académicas y científicas, son bastiones secundarios y hasta innecesarios, basta someterse voluntariamente a un capito y observar con celo de mosquetero los cuatro pilares que sostienen el podrido andamiaje interinstitucional: ver, oír, callar y participar por acción u omisión de la corrupción.