Maryfer Santillán. Es actriz, cantante, bailarina y modelo con dieciséis años de trayectoria, galardonada con la Mención Honorífica en el Premio Estatal de la Juventud «Vicente Suárez» en 2018. A la edad de cuatro años inicia su trayerctoria en la actuación dentro de la Compañía de Teatro Infantil PALWAYAK, participando ininterrumpidamente en diversas puestas en escena a la fecha, incluyendo doce años en la academia de teatro musical N.scena Espectáculos dirigida por Sergio Carranza. A los seis años incursiona en el doblaje de voz con la productora ANIMEX, y en cine con DMMFilms, contando a la fecha con participación en más de veinte producciones, destacando el cortometraje «Aquí no pasa nada» del director Rafa Lara, ganador de la diosa de plata a Mejor cortometraje mexicano 2015, y la reciente película «Héroes» del director Ricardo Arnaiz. Su experiencia incluye las series de televisión «Kipatla» y «Malinche» de Canal Once, unitarios en Televisa, Telemundo, coconducción en programas infantiles, colaboración para el programa de radio Arriba Chamaco, doblaje de voz para la serie The Outlaws de HBO Max y recientemente realizó un dueto de ópera en la Cantata Épica Cuitlahuatzin en Palacio de Bellas Artes con el personaje Tecuichpotzin. Cuenta con estudios de ballet clásico de la Royal Academy of Dance, estudios de canto, baile, actuación, modelaje y doblaje de voz. Actualmente imparte talleres de ballet para el Complejo Cultural Universitario y cursa el sexto semestre en la licenciatura en Arte Dramático de la BUAP.
Deseos
Le pedí a la noche que me regresara a donde estuve antes
no puedo quejarme porque sí lo hizo
me faltó especificar a qué momento del ayer deseaba regresar
o avisarle que quería cambiar unas cuantas cosas del pasado antes de volver a él
subo las escaleras y termino siendo un escalón más;
debo dejar de mimetizarme con el ambiente o terminaré siendo un adorno dentro de tu habitación.
El teléfono suena demasiado y la repetición constante convierte en eco todas mis respuestas
siempre regreso a ese punto del bosque donde el tiempo no avanza y nunca nadie me encuentra
mis lágrimas por fin han dejado de brotar, pero el sentimiento ha creado su casa en mi pecho.
Creí que regresar a quién fui se sentiría mejor; pero al final descubro que nunca volveré a ser la misma.
No hago ningún reproche por estar dónde pedí, pero la satisfacción que esperaba jamás llega a mi puerta
me termino fundiendo con el tapete y esperando en lugares que ya no existen a personas que solo aparecen en mis sueños.
El olvido no llega, el ayer se queda, el mañana espera, pero el hoy se frena.
Pensaré mis palabras antes de seguir pidiendo,
Mediré los resultados antes de seguir deseando.
Destiempo
Tarde, siempre llego tarde
no importa si corro,
o si tus manecillas retroceden
de todas formas, siempre llego tarde.
Llegué tarde al campo y los encontré en caminos distintos
por más que ahora jalo, no logro meter a ambos en el mismo destino.
Llegué tarde incluso a mi cita con el espejo
me parece que ya no había tiempo para mirar mis risas ni descifrar mis llantos.
Tarde, a pesar del tic tac del reloj que parece acompañarme, nunca me encuentra a tiempo,
aún caminando a su lado, siempre me ganan la meta.
Al final ir tarde parece lo natural,
no tengo por qué forzar la puntualidad
corrí mucho y aun así llegué a verte tarde,
y por más que avancé nunca logré alcanzarte.
Tú retrocedes y yo aún avanzo, de cualquier forma, jamás coordinamos.
Tú avanzas y yo espero; así nunca voy a llegar a tiempo.
Tarde, ya no importa, no corro más.
No es tan grave si aún tengo tiempo de ver el campo por la ventana.
Tú ves atardeceres y yo amaneceres ambos pintados de rosa y azul con manchas naranjas como nuestros anhelos.
Ya no corras, no iré a alcanzarte
es tarde para llegar a tiempo
demasiado tarde para evitar cruzarnos.
¿Será pronto para decidir irnos?
¿O es tan tarde, que ahora debo quedarme?