Victor de Regil
La situación económica en Puebla derivada por la pandemia del Coronavirus, está por vivir sus peores momentos. Son decenas de negocios los que han cerrado definitivamente sus puertas pero, lamentablemente, las cosas pueden empeorar en este 2021.
Recordemos que se prevé que la caía de la economía poblana sea del 20%, el doble de lo que se espera caiga la economía a nivel nacional.
Y es que además de las 300 franquicias que no pudieron reabrir tras la reactivación económica en agosto pasado, hay otras 400 con el riesgo de cerrar durante el primer bimestre del 2021 si las ventas no mejoran en el presente mes, con lo que 2,100 empleos se perderían, de los cuales 60% están en la Angelópolis.
Y es que ante esta crisis que se está viviendo en todo el mundo, los empresarios del sector no han visto las condiciones para reabrir, sobre todo cuando el gobierno estatal emitió un decreto para que negocios no esenciales permanecieran cerrados desde el 29 de diciembre, los cuales esperaban retomar actividades el 11 de enero, pero se aplazó hasta el día 25 porque siguen en ascenso los contagios de Covid-19.
Incluso0 las malas noticias podrían darse en los siguientes días, pues se espera que en brvee el gobernador MigueL Barbosa, emita un nuevo decreto para alargar la suspensión de actividades no esenciales hasta los primeros días de febrero.
Ciertamente, las autoridades locales permiten vender comida para llevar, pero eso no ha servido de mucho, porque son mínimas las ganancias, sobre todo cuando se tiene que pagar renta del local, personal y servicios como gas y luz y el consumo, evidentemente, es mucho menor que cuando pueden consumir los alimentos dentro de los establecimientos.
El sector restaurantero espera que en el próximo decreto del Gobernador Barbosa, replique las decisiones que se han venido tomando en la Ciudad de México y en el Estado de México, donde ya se permite el consumo en los establecimientos que cuenten con terrazas dentro de sus instalaciones.
Al momento, la posición de los empresarios en riesgo es clara, pues pueden abrir por la falta de liquidez y las personas menos quieren trabajar percibiendo lo mínimo del salario.
Sabemos que esta pandemia trajo consecuencias graves para el sector, como deudas con proveedores y empleados.
Se tiene información de que el padrón era de 1,500 franquicias distribuidas en el municipio de Puebla y zona conurbada, por lo que si quiebran las 400 serían casi la mitad de negocios del sector perdidos, durante la pandemia.
Además de esto, los bancos se han cerrado a prestar dinero a negocios que son de alto riesgo, donde están consideradas las franquicias que pertenecen al ámbito restaurantero, debido a sus bajas ventas.
De las 300 franquicias que no reabrieron se perdieron alrededor de 1,200 empleos, principalmente en cafeterías y restaurantes de comida rápida.
Y es que, por más intenciones que tengan los dueños de regresar no lo pueden hacer si las ventas están a 7% en promedio, lo cual hace insostenible las operaciones, por lo que muchos se han visto obligados a cerrar sus puertas, algunos de forma temporal y otros de manera definitiva, pero tampoco desean cerrar en forma definitiva, por ello piden apoyos a fondo perdido a las autoridades estatales.
Las franquicias con problemas graves sólo necesitan de una ayuda, pero depende de los gobernantes, quienes saben de los empleos en riesgo, pues es claro que no todos resisten el confinamiento.
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