David Orozco de Gortari. Herencias. Nacido en la Ciudad de México, hizo sus estudios de licenciatura en la Universidad La Salle y obtuvo el título de Ingeniero Mecánico Electricista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre otras actividades extracurriculares, tomó un curso de metales en la Escuela de Artesanías del INBA.
Profesionalmente se desarrolló en la rama industrial. Participó, entre otros, en el programa OEA-92, para el fomento económico de comunidades indígenas en la Meseta Purépecha, en Michoacán. Participó en el Programa de Formación de Operadores de Maquinaria Agrícola para la preparación de tierras de cultivo y también en el Programa para el Rescate del Patrimonio Cultural y Artístico de los Ferrocarriles Nacionales (antes de su venta).
Actualmente explora el mundo de la literatura como vehículo para expresar inquietudes o reflexionar sobre la vida. Bajo la tutela del maestro Miguel Barroso Hernández, en el Taller de Escritura Creativa Miró; adquiere las herramientas necesarias para narrar sus propias historias.
La solicitud
Sentado sobre la banqueta, traté de recuperarme. Me sentía aturdido. Después de la espera, de grandes sacrificios y esfuerzos para lograrlo, estaba recibiendo aquella gran noticia:
“… su solicitud es positiva. ¿Continúa disponible para aceptar el trabajo?”
La vocecilla al otro lado del teléfono aguardaba una respuesta. Se acabaría el tiempo con mi familia: el tiempo libre. ¿Y los libros a medio leer? Ya no más clases de redacción o experimentos en la cocina. Ya no más siestas, ni series maratónicas de Netflix. Pronto tendría que volver a las noches en vela, a pararme temprano y asumir la enorme carga del compromiso frente al trabajo donde acababan de aprobarme. ¿De veras es lo que quería? ¿Cómo voy a renunciar? Al final, la gente que quiero me lo agradecerá…
—Muchas gracias por su ofrecimiento, señorita —dije a quien escuchaba del otro lado de la línea—. ¿A qué hora me tengo que presentar?