Por Álvaro Cepeda Neri
I.- La agenda de López Obrador marcaba una gira por Sonora, dicen que precisamente a Bavispe, el municipio donde nació el ya ungido como candidato de Morena a la gubernatura de ese estado: Alfonso Durazo, a quien dejó “vestido y alborotado”, pues el inquilino de Palacio Nacional optó por asistir al informe del Presidente de la Suprema Corte. Así que canceló su desplazamiento al noroeste para asistir al evento judicial al que se hizo acompañar por su esposa, la cual se ha convertido en una constante acompañante de AMLO, por lo que se presume que la figura de “primera dama” ha regresado al escenario político. Título ese que inventaron los del priismo para lucir a su pareja en todos los actos públicos, como ahora lo hace doña Beatriz, enfundada en sus mejores vestidos como cuando estuvo junto a López Obrador el día de su Segundo Informe en los patios de Palacio Nacional. Nada tiene de reprobable el hecho, pero llama la atención que el tabasqueño había dicho que el tratamiento de “primera dama” se había terminado.
II.- Y ha resultado que sin ese título, ella ha estado aumentando considerablemente sus apariciones en los actos presidenciales, tal y como acostumbraban los presidentes nacidos del priismo y el panismo; así como los de toda América Latina. Doña Beatriz es, además, protagonista de actos culturales, habiéndose hecho fama de autora de libros. La señora Gutiérrez Müller, es la segunda esposa de López Obrador, con quien concibió un niño. Raramente se ve a los tres. Pero a la del nombre que inmortalizó Dante en su guía por el infierno: La divina comedia, se ve que le gusta estar al lado de su marido y, como ya apunté, luciendo sus mejores galas y saludando gustosamente a quienes les aplauden en las ceremonias. Lo cierto es que con título o no de Primera Dama, el protagonismo en esa calidad ha resucitado tras las espectaculares apariciones de la esposa de Peña; a quien Televisa bautizó con el apodo de: “La Gaviota”.
III.- Así como de todas las anteriores: Margarita con Calderón, Marta la de Fox y muy poco la de Zedillo por su padecimiento de alcoholismo que le trataba el ex secretario de Salubridad: Juan Ramón De La Fuente, representante de López Obrador en la ONU. La esposa de López Portillo y De La Madrid, poco pero también representaron su papel. Por lo pronto y pian pianito, doña Beatriz ha reaparecido en su papel de Primera Dama y esto no puede pasar desapercibido, para quienes están atentos a los acontecimientos de la vida pública presidencial. Una vida excesivamente activa, ya que durante estos dos años, López Obrador no ha dejado de estar en el escenario, para ya hacer de su voz (con todo y pausas), su figura y ademanes, un sello del excesivo buscar las luces. Y, ahora, acompañado de su esposa, quien regresa al escenario sin el título de Primera Dama, pero con igual significado. La tradición del pasado “neoliberal”, como otras resucitaciones, está de regreso para ser lo que califica López Obrador de “fifí” o costumbre de los conservadores. El pasado no se ha ido.
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