Jorge Luis Guerrero Montero. El amor

 

Jorge Luis Guerrero Montero. Músico veracruzano; toca saxofón y violín. Él tiene un diagnóstico de discapacidad intelectual, esta condición no lo define, pero sí logros que ha obtenido.

Egresado de la Lic. En Educación Artística en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV). Fundador del Grupo musical TOQUE NUEVO, conformado por niños y jóvenes con necesidades educativas especiales y discapacidad. Fundador del canal de Youtube IncluyeTv, donde fomenta la inclusión. Miembro de la Orquesta Inclusiva de Veracruz que dirige el maestro Chanito Castillo.

Se ha presentado como conferencista en diferentes escenarios. Participó como Presidente del Club León arte inclusivo por el Club de Leones de Veracruz. Es embajador en proyectos de Best Buddies y actualmente imparte clases de música a niños y jóvenes en coordinación con el H. Ayuntamiento de Veracruz. Autor del libro Despertar a la vida.

El amor

 

Ay el amor que cosa más rara, lalala como dice la canción, es lo más sublime y hermoso. ¿Quién no quiere estar enamorado(a)? Todos, incluidas las personas con discapacidad tenemos derecho a establecer relaciones amorosas. Amar a alguien va más allá de la discapacidad dado que es un conjunto de emociones. Implica cuidado, cercanía, protección, afecto y confianza y para esto contamos con nuestra familia, que cumple con la Misión de acompañarnos en este proceso que vivimos.

 

Mi primera novia fue una chica que conocí en una escuela a la que asistía a cursos de computación y repostería, desde que la vi me gustó. Nos dimos cuenta de que somos vecinos y fue más fácil para mí visitarla y llevar una relación con el apoyo de nuestras familias, pero como sucede en los noviazgos a veces no puedes continuar y surge el distanciamiento por lo que decidimos terminar.

 

Después conocí a otra chica en clases de deportes, me impactó desde el primer momento, muy bonita y tierna me pareció y ¿Qué creen? le dije a mi mamá que quería que fuera mi novia, a lo que me contestó que primero tenía que tratarla como mi amiga, que nos conociéramos más pero no hice mucho caso. Inmediatamente le pedí permiso a su mamá y ambos padres accedieron, así me permitían visitarla en su casa y salíamos juntos a pasear, siempre en compañía de nuestras madres.

Fuimos novios durante 4 años, una experiencia bonita porque fuimos muy felices juntos y tener lleno nuestro corazón de amor es muy agradable, pero a veces las cosas no suceden como deseamos y surgen situaciones que hacen que las parejas se separen, así pasa, como en cualquier relación.

 

Aunque somos personas con discapacidad y a veces por los prejuicios resulta difícil establecer contacto con otras personas, compartimos las mismas necesidades emocionales y afectivas. El amor va más allá de la discapacidad y les confieso que he tenido también enamoramientos equivocados, chicas que me han rechazado. Como me explica mi terapeuta, a veces actúo guiado por la impulsividad que me caracteriza por mi condición. Por ahora estoy en terapia con una psicóloga que me apoya en ese camino del amor, de encontrar una pareja y que yo sepa cómo resolver las situaciones que se me presenten.

 

Creo firmemente que todos tenemos derecho a establecer relaciones amorosas, a amar a quien elijamos, casarnos, formar una familia y ser muy felices como relatan en los cuentos o historias románticas porque el amor es parte de nuestra vida y tener un amor de cuento de hadas es un objetivo que tengo.

 

El apoyo de mi familia es fundamental porque siempre me acompañan en este proceso, ellos entienden que es muy importante no invadirme ni inmiscuirse, sino buscar un equilibrio, sin ser demasiado rigurosos o flexibles, orientándome con respeto, brindándome orientación constante y motivándome a seguir adelante porque las personas con discapacidad somos capaces de recibir y dar amor, de tener una sexualidad sana, de formar vínculos o relaciones de amor y familia.

Deseo algún día escuchar esas campanitas de boda. ¡Wow! ¡que emoción!