-Las lluvias intensas están poniendo a prueba la infraestructura de drenaje, que no siempre puede manejar el volumen de agua, resultando en inundaciones en áreas urbanas y rurales.
La región de Puebla y varias partes del país están experimentando una temporada de lluvias inusualmente intensa, con precipitaciones que han superado ampliamente los promedios históricos, señaló Francisco Javier Sánchez Ruiz, profesor de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la UPAEP, estos eventos son un reflejo del cambio climático global y sus efectos sobre los patrones meteorológicos.
«Estamos viviendo una temporada de lluvias atípica, con precipitaciones muy elevadas y persistentes”, comentó Sánchez Ruiz. Mientras que el promedio esperado era de entre 110 a 120 milímetros por metro cuadrado, hemos observado días con hasta 250 milímetros de agua, refirió.
Este fenómeno no solo se limita al estado de Puebla. Otros estados del país también han reportado lluvias intensas y atípicas, algunas de las cuales han resultado en trombas inesperadas. Las características geográficas de Puebla, rodeada de montañas, favorecen la rápida regeneración del ciclo del agua, exacerbando estas condiciones, indicó el académico.
Las lluvias intensas están poniendo a prueba la infraestructura de drenaje, que no siempre puede manejar el volumen de agua, resultando en inundaciones en áreas urbanas y rurales. «Muchas de estas precipitaciones se van directamente al drenaje en lugar de recargar los mantos freáticos, lo cual agrava la situación de sequía en algunas regiones”, explicó Sánchez Ruiz.
En las zonas rurales, la agricultura también se ve afectada. Las lluvias atípicas pueden provocar la pérdida de cultivos debido a inundaciones, lo que impacta negativamente la producción agrícola. Sin la capacitación adecuada para gestionar esta agua, los campesinos pueden perder sus sembradíos, lo que afecta el ciclo de producción, señaló.
Sánchez Ruiz atribuye estos cambios a las variaciones en los gradientes de temperatura tanto en la superficie terrestre como en los océanos. Los estudios recientes muestran gradientes de temperatura en el océano más grandes de lo habitual, lo que contribuye a la formación rápida de fenómenos meteorológicos severos, explicó.
Estas condiciones no solo afectan la temporada de lluvias, sino que también anticipan un invierno severo. «Estamos observando que la temporada de frío podría ser drástica, con temperaturas en algunas áreas cayendo por debajo de los 0 grados centígrados”, advirtió Sánchez Ruiz.
A corto plazo, se recomienda a la población seguir las indicaciones de Protección Civil y estar atentos a los boletines del Servicio Meteorológico Nacional. En términos de infraestructura, es crucial mantener y mejorar los sistemas de tratamiento de aguas residuales y las plantas de potabilización para aprovechar mejor las lluvias y mitigar la escasez de agua, apuntó el investigador.
A largo plazo, es esencial abordar el cambio climático con políticas públicas efectivas que promuevan la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de prácticas sostenibles. «Debemos minimizar el uso de fuentes fósiles y optimizar los procesos industriales para reducir la huella de carbono”, enfatizó Sánchez Ruiz.
Dijo que la temporada de lluvias en Puebla y el resto del país está siendo marcada por condiciones extremas y atípicas, reflejo del cambio climático global. Adaptarse a estas nuevas realidades y tomar medidas proactivas es crucial para mitigar sus efectos y proteger tanto a la población como al medio ambiente.