Después del tsunami de Morena el pasado 2 de junio, es importante hacer un alto en el camino y analizar qué fue exactamente lo que pasó que nos llevó a este sorpresivo resultado.
Y es que, la elección de 2024 consolida el realineamiento del sistema de partidos que inició en 2018. Se gesta un sistema de partido hegemónico cuya duración es incierta y los tres partidos de la llamada transición mexicana a la democracia son desplazados del mapa electoral.
Ante ello, Morena, el Partido Verde y Movimiento Ciudadano ganan más votos respecto a 2018 en la mayoría de las entidades; en contraste, el PAN pierde votos en 26 entidades y el PRI en 31. El PRD pierde el registro al no alcanzar el tres por ciento de la votación nacional.
Lo que respecta a Claudia Sheinbaum se convierte en la primera presidenta de México y América del Norte. Con su victoria, obtiene el mayor número de votos en la historia del país y el margen de victoria más amplio.
Sheinbaum gana en todas las entidades del país, salvo Aguascalientes y en la mayoría de los niveles económicos y educativos del electorado. No hay diferencia en esta elección: ni regional como en 2006, cuando el país se partió en norte-sur, ni socioeconómico, como ocurrió en 2018.
En contraste, Xóchitl Gálvez obtiene casi un millón de votos menos que la coalición opositora para el Congreso. Más electores votaron por los partidos que por la candidata presidencial.
El voto cruzado de Morena cae de 7.2 puntos porcentuales en 2018, diferencia de votación presidente-diputados a 4.7 en 2024, esto es, funcionó la estrategia de voto masivo a favor de la continuidad.
El Partido Verde emerge como un jugador relevante gracias a su alianza con Morena. Es la segunda fuerza en la Cámara de Diputados y se fortalece en algunas entidades del país.
Movimiento Ciudadano gana más votos aunque, como resultado de competir solitario, solo gana una diputación federal de mayoría, pero pierde las senadurías de Jalisco y la ciudad de Monterrey.
A pesar del triunfo contundente del oficialismo, la votación agregada para la Cámara de Diputados luce más balanceada: 54% para Morena y aliados y 46% para las otras fuerzas políticas. No obstante, es probable que el oficialismo pueda obtener alrededor de 74% de las curules de la cámara baja, una distorsión abrupta de la representación por una normatividad que no refleja la realidad política de los partidos y las coaliciones de 2024.
La hipótesis de que una mayor votación habría beneficiado a la oposición se comprobó parcialmente. Efectivamente, en las secciones con mayor participación electoral el PAN obtuvo más votos. En contraste, Morena obtuvo menos votos en secciones con muy alta participación, pero sus volúmenes de votos en todos los estratos son enormes.
Además, el llamado para salir a votar que llevaron a cabo diversas organizaciones civiles y empresariales no tuvo resonancia: la tasa de participación cayó de 63.4% en 2018 a 61.04% este año.
La coalición Morena-PVEM-PT ganó la gubernatura en siete de las nueve entidades en disputa, acumulando 23 gobernadores y la jefatura de Gobierno de la CDMX. Gobernará al 77.2% de la población a nivel estatal.
El PAN y aliados solo retuvieron Guanajuato y MC retuvo Jalisco.
Habrá escasos contrapesos en el ámbito local. Morena y sus aliados alcanzaron la mayoría en 27 congresos locales.
Las ciudades capitales se convierten en un espacio de refugio de la oposición. La coalición PAN-PRI-PRD pasará de gobernar 14 a 15 capitales, mientras que Morena y aliados retendrán 12.
A nivel local, Claudia Sheinbaum mostró un desempeño superior en bastiones de la oposición como Nuevo León y Yucatán. Muchos electores votaron por diputados y senadores de MC y PAN, respectivamente, pero por Sheinbaum para presidenta. En contraste, Xóchitl Gálvez recibió menos apoyo en Yucatán, Querétaro y Coahuila, mientras que Jorge Álvarez Máynez perdió más votos en Jalisco, Campeche y Nuevo León.
El voto cruzado entre presidencia-gubernaturas fue acentuado en algunas entidades. Considerando los resultados disponibles por coalición, en Morelos la diferencia en votos entre la candidata presidencial y la candidata a gobernadora de Morena fue de 29.7 puntos. En contraste, en Veracruz, Puebla y Yucatán, los candidatos a gobernador del PRI y PAN lograron más votos que su candidata presidencial. Mientras que Sheinbaum jaló el voto en favor de las candidaturas de Morena en el ámbito local, Gálvez no lo hizo.