Victor de Regil
Lamentablemente, cuatro hombres muertos y una mujer severamente lesionada fue el saldo que dejó un tumulto que se registró la tarde del 11 de junio en la comunidad de San Jerónimo Coyula en Atlixco, Puebla.
Los primeros reportes apuntaron a que el caso se trató de un linchamiento que habitantes de la comunidad realizaron en contra de un grupo de personas que fueron señaladas de presuntamente haber robado un automóvil en Tochimilo, un municipio que se encuentra a aproximadamente 11 kilómetros de distancia de donde se registraron los hechos.
El Secretario de Gobernación de Puebla, Javier Aquino, relató que tras desatarse el disturbio fueron los mismos habitantes de San Jerónimo Coyula quienes impidieron la intervención tanto de la Guardia Nacional como de la Policía Estatal y Municipal.
«La forma de llegar a la comunidad es mediante un acceso que fue bloqueado por los propios pobladores, ellos estaban hasta el fondo de la localidad, por un jagüey fue donde se concretó el tema y no pudo llegar la policía a tiempo», declaró el titular de la Secretaría de Gobernación.
Pese a que Javier Aquino aseguró que la Fiscalía General del Estado será la encargada de investigar y esclarecer el caso, el linchamiento de los cuatro hombres volvió a encender las alertas sobre la creciente práctica a la que parte de la ciudadanía a recurrido para «hacer justicia por su propia mano».
De acuerdo con información que la organización civil Causa Común, plasmó en su informe Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto, de enero a diciembre de 2023 se registraron en México al menos 19 linchamientos en Campeche (2), Chiapas (1), Ciudad de México (1), Durango (1), Jalisco (1), Morelos (2), Oaxaca (2), Puebla (2), Querétaro (1), Quintana Roo (1), Tlaxcala (4) y Yucatán (1).
Si bien dichos casos no encabezan el listado de los eventos de alto impacto ocurridos en México durante 2023, Causa en Común también contabilizó 179 casos de intentos de linchamiento, una cifra que enciende las alertas sobre la posibilidad de que aumente la frecuencia con la que dicha atrocidad ocurre en el país.
Respecto a intentos de linchamiento, las cifras recabadas por la organización civil ubican a los siguientes estados con el mayor número de incidencia: Puebla (27), Tlaxcala (24), Hidalgo (23), Estado de México (16), Chiapas (15), Campeche (10), Guerrero (10), Oaxaca (7), Chihuahua (7), Morelos (6) y Tabasco (6).
En lo que va de 2024, Puebla ha registrado 13 intentos de linchamientos por lo que, tomando en cuenta el conteo de Causa en Común, la entidad podría ubicarse como la que mayor incidencia acumula.
Organizaciones civiles han condenado en más de una ocasión aquella práctica que se ha adoptado como mecanismo para buscar justicia por sus propios medios, una premisa que tiene su origen en el hartazgo que la misma sociedad tiene frente a la autoridad que no actúa o que lo hace de forma incorrecta.
Pese a que los linchamientos pueden generar cierta simpatía entre aquellas personas que comparten el mismo sentimiento de indignación o hartazgo ante la ausencia de autoridad en sus comunidades, dichos factores no justifican la violencia que se ejerce al arrebatarle la vida a un presunto criminal.
Es así como la rabia acumulada y la negligencia de las autoridades mantienen una relación causa y efecto en la que los linchamientos se ubican como una forma de señalar que los límites han sido rotos y que es necesario reestablecerlos, es decir, expresan la ruptura de los códigos morales que vinculan a la sociedad y la autoridad.
Los linchamientos se han consolidado en México como una expresión del rechazo a la corrupción y la impunidad, factor que se traduce en un crecimiento de la última instancia de la violencia en donde no solo se linchan a presuntos criminales, sino también al símbolo de la autoridad.