Psic. Gonzalo Valenzuela R.
OASIS
Los padres como los hijos,
buscamos apoyo emocional dentro del seno familiar
Desde pequeño fuiste mi héroe, un simple mortal extraordinario, con defectos y virtudes. Tu muerte prematura no rompió los lazos de amor que nos unen, aún recuerdo lo feliz que me sentía acompañándote a cualquier lado.
Me enseñaste con tu ejemplo a seguir luchando aún después de la peor desgracia, como aquella que te llevó al borde de la muerte y jamás te rendiste. 36 mil voltios no fueron suficientes para aniquilarte por completo, perdiste la visión de un ojo, quemaduras de tercer grado, amputación de una mano y un largo etcétera.
La vida no fue fácil para ti papá; ni antes ni después de recibir aquella descarga eléctrica de alta tensión, sin embargo, te permitió conocer a tu enfermera favorita, que te cuidó y atendió durante tu larga convalecencia, te ayudó a sanar el cuerpo y el alma en todas las formas posibles.
Surgió la rosa del Amor en medio de las espinas. Se enamoraron y defendieron su amor que nadie comprendía. Después todo tu mundo cambió, desafiaste los pronósticos de los médicos, traspasaste las barreras de la muerte con la fuerza del amor a la vida.
¿Cómo agradecerte papá esas lecciones de vida?, si te fuiste siguiendo a mamá, la estrella más refulgente en tu vida, no soportaste vivir sin su presencia. Ahora soy padre de dos hijos; Adrián y Tonatiuh, comprendo los idiomas en que me hablabas; deber y responsabilidad.
Gracias papá por darme aliento y seguridad cuando me veías triste, aunque tú también te desmoronabas por dentro, te ahogaban las penas y te las bebías solo, estoicamente, sin emitir jamás una queja, o tal vez; te desahogabas en tus encuentros a solas con Dios.
¿Cómo agradecerte papá si ya no estás a mi lado?, para devolverte un poco de lo mucho que me has dado. Mi herencia es grande ¿sabes?, me dejaste un mundo que conquistar, unos sueños por alcanzar, retos para vencer, pensamientos que compartir, caminos por recorrer y, sobre todo, tu ejemplo; un espíritu fuerte, inquebrantable, capaz de enfrentar cualquier adversidad.
Ahora te comprendo mejor papá, mis hijos no tuvieron el gusto de conocer a su abuelo, sólo por viejas fotografías, yo me encargaré de que vean tu reflejo a través de mis acciones. Ahora sé que no es fácil ser papá, que se necesita sabiduría, paciencia, firmeza, y, sobre todo, de amor, para guiarlos y ayudarlos a encontrar su propio camino.
El legado que me dejaste papá, es inmenso; tu laboriosidad, tu optimismo, tu honestidad, tu fortaleza en los momentos difíciles, un espíritu aventurero y curioso, tu bondad, sobre todo; ese amor que lo puede todo y que entre más lo compartes, crece más, porque su fuente es inagotable.
¿Cómo agradecerte papá…? Me siento muy orgulloso de ti, porque pasaste las pruebas que la vida te puso y aún más; te atreviste a desafiar tu destino, tienes un alma grande papá y yo sé que ahora, después de todo lo que sufriste en la tierra, eres un ángel más que me cuida desde el cielo, gozando la gloria divina por la eternidad. ¡Felicidades a todos los padres en su día!
Como siempre gracias por tus comentarios y sugerencias en: oasis_govara@yahoo.com.mx