El próximo domingo viviremos la jornada electoral más importante de los últimos años.
Un proceso considerado ya el más violento y seguramente en los análisis futuros se confirmará que ha sido el que más irregularidades y violaciones a la normativa presentó.
Un proceso que para el partido oficial Morena inició en julio del 2021 cuando el presidente López Obrador anticipadamente “destapó”, nombró como “corcholata” e inició campaña adelantada durante más de dos años la persona que decidió fuese su sucesora y que fue postulada oficialmente apenas el pasado 7 de febrero de este año como candidata a la presidencia por su partido político Morena.
Así anticipadamente también sin cumplir la normativa el partido oficial fue postulando a sus candidatos y candidatas, a la diversidad de cargos de representación política que concluirán campañas también en esta semana.
Postulaciones de personas que en la gran mayoría surgieron de otros partidos políticos, provocando diferencias internas que hasta ahora no pueden resolver.
Al inicio de este proceso escribía que “mucha agua veríamos correr” como dice el dicho popular y así ha sido, tan solo era esperar para observar cómo iba desarrollándose el proceso y lo hemos podido constatar todas y todos.
A unos días de la elección “la moneda sigue en el aire” a pesar de la estrategia de hacer campaña política desde la tribuna diaria del presidente, de las recurrentes violaciones a la ley e incluso usando a las encuestas electorales como propagando política.
Hasta hace pocos años, las mujeres no teníamos derecho a votar. A partir de 1953, más de la mitad de la población de este país empezaron a ejercer este derecho.
Si algo es real, es que tuvieron que pasar 71 años para haber logrado que los partidos políticos postularan a más de 10 mil mujeres en los diversos cargos de representación política que votaremos el próximo domingo, obligados por el Principio Constitucional de Paridad; mismos años que tuvieron que pasar para llegar a este momento de elegir el próximo domingo 2 de junio por primera vez a una mujer que encabezará la presidencia de nuestra República mexicana.
Dos proyectos, el de una mujer candidata del presidente Claudia Sheinbaum que nos ofrece únicamente Continuidad, a pesar de los niveles de inseguridad, del incremento en el número de desapariciones y homicidios de personas inocentes incluidos más de 12 mil niños que han sido víctimas de homicidio en este sexenio; de padecer el peor sexenio que hemos tenido en materia de salud, destruyeron el Seguro Popular, crearon el Insabi que resultó fallido, ahora lo llaman ImssBienestar con 50 millones de mexicanos y mexicanos sin acceso a la salud y seguimos sin medicamentos; continuidad cuando sufrimos el pésimo manejo de la pandemia del Covid que provocó 800 mil muertos mucho de los cuales pudieron evitarse y que dejó a más de 200 mil niños y niñas en la orfandad; y qué decir de la educación. Nos ofrecen la Continuidad de la destrucción de Instituciones, de la destrucción de nuestro Sistema de Derecho. Continuidad de las mentiras, de la polarización y de la división provocada entre mexicanos y mexicanas.
En contraste el proyecto de la candidata Xóchitl Gálvez con una visión diferente, una nueva perspectiva, con un proyecto real de oposición que refleja un enfoque integral y progresista para abordar los desafíos, con una visión audaz y con determinación, empezando por su propuesta de iniciar una etapa de reconciliación en el país que tanta falta hace.
Proyecto que nos ofrece restaurar un sistema de salud y resolver la crisis de distribución de medicamentos; mantener y fortalecer los apoyos y los programas sociales; un Plan integral para combatir la inseguridad y la violencia; retomar el desarrollo del campo; una reforma integral al Sistema Judicial poniendo especial interés a la atención de las víctimas; impulsar la economía creando un entorno propicio para el emprendimiento y la inversión; que nos ofrece un manejo responsable de los recursos económicos del país; un proceso de transición a las energías limpias y fomentar la generación de electricidad a partir de fuentes renovables; propuestas concretas con una mirada de justicia social para resolver la crisis y los retos que tenemos, constituyéndose así en una opción viable con quien podemos tener la esperanza de un proyecto próspero y seguro.
Dos proyectos de dos mujeres, en efecto, que se desarrollaron en condiciones de competencia desiguales, inequitativas y que a pesar de todo Xóchitl Gálvez logró renacer la esperanza de que todavía podemos detener los terribles retrocesos vividos en estos casi seis años en los que además nos fue impuesta una narrativa, una retórica de mentiras, actos de abusos, de corrupción que por fortuna pueden llegar a su fin.
El domingo viviremos la jornada electoral más importante de los últimos años. Construyamos juntos el camino que emprenderemos en México y en nuestras entidades federativas los próximos seis años. En las casillas estamos solos y solas. Elijamos responsablemente y decidamos qué tipo de gobierno queremos.
¡El próximo domingo, todas, todos a Votar!
@rgolmedo
Palabra de Mujer Atlixco