¿Qué harán los indecisos?

 

En prácticamente en todas las encuestas, aún en las que dan ventajas más amplias a la candidata morenista Claudia Sheinbaum y en las que dan un margen más apretado. El porcentaje que representan varía según el sondeo que se vea, pero los hay de entre 20% y hasta del 50% del total de los encuestados, lo que significa que aún hay un amplio sector de los votantes, que no saben ni definen con claridad a qué partido o candidatura le darán su voto.

Los llamados “indecisos” o que responden en una encuesta que aún no saben por quién votarán, ya sea porque efectivamente no lo han decidido o porque quieren revelar el sentido de su voto y prefieren ocultarlo, suelen ser minimizados o ignorados por los equipos y estrategas de las campañas, pero al final el impacto de su voto es real y se manifiesta literalmente hasta el día de los comicios, siendo uno de los factores que pueden incidir y modificar las tendencias previas que mostraban los sondeos.

Según especialistas en la medición de opinión pública, hay dos razones por las que un elector potencial suele responder que “no sabe” todavía por quién votará o de plano se niega a responder, ya sea en domicilio o vía telefónica. La primera causa suele ser porque, efectivamente, ante el bombardeo de las campañas, las llamadas telefónicas o las encuestas, hay personas que no definen todavía por cuál candidata, candidato o partido emitirán su voto, ya que al no tratarse de militantes o simpatizantes convencidos de una candidatura o fuerza política, no encuentran todavía una razón para decidir a qué opción política o personalidad le darán su voto.

Pero, además de los “indecisos” porque no les convence claramente ninguna de las opciones, también hay los votantes que, ya sea por temor (como la pérdida o condicionamiento de programas sociales), porque no quieren decir que votarán contra el partido o candidata favoritos o simplemente porque no desean hacer público el voto, suelen responder a los levantadores de encuestas que aún no saben o no deciden por quién van a votar.

En el caso de una indecisión real, lo más común es que sea hasta los últimos días de campaña, previo a la contienda en las urnas, cuando esos votantes definan por qué opción emitirán su voto. Incluso, según los especialistas, hay una buena parte de los indecisos que deciden su voto justo al momento de estar en la soledad de la urna, donde nadie los ve y ahí, dependiendo de su circunstancia, de qué tan bien les ha ido en temas básicos como el empleo, la seguridad, la educación, a calidad de los servicios urbanos que reciben, la atención de algún trámite de gobierno o los precios del transporte o los alimentos, deciden cómo y por quién cruzarán la papeleta o si anularán su voto.

Pero en el caso de los que se dicen “indecisos” pero más bien se trata de “voto oculto”, esos suelen ser los más peligrosos para las candidatas o partidos que ya se sienten ganadores antes de las votaciones y que ven, a partir de su ventaja en las encuestas, el día de la elección como un “trámite”. Porque si un votante no revela a una casa encuestadora el sentido de su voto, porque simplemente no quiere hacerlo o por miedo a represalias, casi siempre se tratará de voto opositor o incluso “voto de castigo” contra los partidos gobernantes y sus candidatos.

Y esa es la gran duda que hoy se mantiene en los actuales comicios en México, a unos días de las votaciones del próximo 2 de junio.

Un primer escenario indica que, por la cifra de personas que dicen aún no haber decidido su voto, las diferencias entre las candidatas Sheinbaum y Xóchitl no serán tan pronunciadas como los casi 30 puntos que anticipan varias encuestas; pero si a eso se le suma la posibilidad de que una buena parte de ese “voto indeciso” pueda ser en realidad un “voto antisistémico” o “voto de castigo” en contra del gobierno y su partido, es muy posible que se repita el escenario que se vivió en el Estado de México en las elecciones locales del 2023, donde la mayoría de encuestas, pronosticaban hasta 20 puntos de ventaja para la candidata morenista, Delfina Gómez, y al final el resultado de las votaciones quedó en solo 8 puntos de diferencia finales.

Con el tamaño de votantes indecisos que aún registran la mayoría de los sondeos y encuestas publicadas y que se publicarán hasta el último día que lo permite la ley, que es el próximo 29 de mayo, nadie puede dar por sentado cuál será el resultado final de la contienda ni mucho menos aventurarse a anticipar una “amplia ventaja” para ninguna candidata o candidato.