Silvia Martínez Coronel. Tercera Antología Internacional de Poesía (Sabersinfin)

SILVIA MARTÍNEZ CORONEL. Es profesora de Literatura, escritora de poesía, narrativa y crítica. Nació en Melo/Uruguay. Radica en Montevideo desde 1989. He ganado premios en su país y el exterior. Figura en varias antologías nacionales y extranjeras, la mayoría producto de reconocimientos/premios. También en varias revistas internacionales. Desde hace diez años escribe una columna cultural en el periódico mexicano La Brecha. Ha publicado dos poemarios: Parto en el agua y Ángeles inciertos. Ha escrito prólogos a libros de poesía, comparecido en diversos programas de radio, televisión y recitales. Ha impartido clases y talleres de literatura a escritores incipientes y aspirantes a críticos. Panelista del programa #Lunesdepoesíalunar que se transmite a través de Sabersinfin.

 

ESTIGMAS

 

¿Dónde se han ido todos?

¿Por qué no puedo escuchar la música?

¿En qué horno dijeron se cuece el pan?

Quizá luego quisiera una rodaja y una copa de vino,

quizá luego.

 

Han sido muchos los latigazos, el brillo de la sangre es tan hermoso.

Los estigmas están tan bien hechos, es realmente asombroso.

En mi próxima vida me gustaría ser verdugo.

Parece un trabajo disfrutable.

Creí sentir su canto mientras ataban la cruz,

mientras le sacaban filo a la espada.

Era como un canto de niños huérfanos en su día de paseo.

 

Me maravilla la perfección de la mentira.

No pesa como la verdad,

pero se han extraviado las balanzas.

El costado duele, pero es un dolor cándido,

del que pondrían salirle mariposas.

 

Ahora el amor tiene un tiempo límite de 40 minutos, tiene ID, contraseña y sala de espera,

luego los admites de a uno y al acabar el tiempo, el reflejo te devuelve al espejo.

 

Todos los amores acaban,

incluso el por uno mismo, ese que se supone que adquiriste de la mirada de tu madre.

¿Y cuándo no hay madre?

¿Cuándo tu imagen la has construido de pequeños retazos de gloria?

No es igual.

Freud era un señor muy sabio.

Quizá sobrestimaba el valor del sexo,

pero sólo es una opinión.

Quizá el sexo sea el motor del mundo,

y el COVID-19 con su confinamiento tenga que ver con la locura colectiva.

 

Dije, en mi próxima vida seré verdugo.

Cantaré la canción de la casita mientras ato la cruz,

y le saco filo a la espada

y tendré un orgasmo mientras empujo los clavos dentro de las manos de mi hermano.

 

Todo es cuestión de punto de vista.

Einstein también era un hombre muy sabio.

 

Hay gente haciendo ollas populares,

y niños que no pueden hacer la tarea porque tienen hambre.

Y hay muchachos que ruegan por un zoom que cuesta una giga, sólo para verte.

La naturaleza eleva su oda a nuestra desaparición,

contenta de haber cambiado la elegía por el ditirambo.

 

¿Dónde se han ido todos?