Por: Atilio Alberto Peralta Merino
“Un Sauce de cristas, un chopo de agua”, enunciado con el que comienza el inmortal poema de Octavio Paz, en el que la suma de los versos que lo componen iguala al número total de escalones con los que cuenta la “Pirámide del Sol” de Teotihuacan.
La memoria del poeta se entrelaza con la del país, siguiendo, en “Piedra de Sol”, el mismo leimotiv de otro de sus formidables poemas: “Pasado en Claro” : «Mi madre, niña de mil años, madre del mundo, huérfana de mí, abnegada, feroz, obtusa, providente, jilguera, perra, hormiga, jabalina, carta de amor con faltas de lenguaje, mi madre: pan que yo cortaba con su propio cuchillo cada día».
No obstante, en la realidad que nos circunda , “las profecías que toda la noche manan”, resultan por demás apocalípticas ante el “agua con los párpados cerrados”; la “madre de mil años” de “Pasado en Claro”, “cortada con su propio cuchillo”, es la tierra desecada por el criminal agotamiento del manantial de Santa María Acuexcomac, trayendo aparejado a ello la totalidad del eventual desabasto de agua potable a la Ciudad de Puebla y a su zona conurbada.
Iniciadas las acciones conducentes para que el despojo referido sea sancionado, habrá de indemnizarse a la comunidad afectada, y, posteriormente, tendrán que llevarse a cabo los trabajos técnicos para restablecer el aforo del vital líquido que ha nutrido la vida de la región desde los albores del tiempo y que fueron narrados por Toribio de Benavente al glosar “Las Costumbres de los Indios” tras haber oficiado la misa inaugural de la Ciudad el 16 de abril de 1530, dijera el propio “Motolinía”, aún cuando Mariano Fernández de Echeverría y Veytia dilucidara, años después, que el hecho en cuestión que tuvo que haberse llevado a cabo realidad en el año de 1931.
En 1909, Luis Cabrera inició acción judicial ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación invocando el Derecho que a la sazón asistía a la familia Madero con respecto a las aguas del denominado “Canal de Tlahualilo” socavado sobre los márgenes del Río Nazas en la región norteña de “La Laguna”, en torno a tal litigio, Francisco Bulnes llegó a decir que , en virtud de sus implicaciones, aquel habría provocado la caída de Don Porfirio, del propio Madero y de Victoriano Huerta.
En la ocasión, la prueba pericial conducente ofrecida en la ocasión, corrió a cargo, nada más y nada menos que de Manuel María Contreras, el hombre que inició en nuestro país el estudio de las matemáticas avanzadas en la Escuela Nacional Preparatoria bajo los lineamientos y la dirección de uno de los más formidables educadores de la historia patria: Gabino Barreda.
Todo el mundo se desenvuelve en relación a las perspectivas de su propia transitar por la vida, en los días que corren, se establecen contactos para el seguimiento de las acciones en cuestión con lo más selecto y encumbrado de la ciencia en nuestro país.
“Viejo de Agua”, traducción al castellano de la voz náhuatl “Ahuehuete”, configura una sonoridad portentosa que bien puede emparentarse con la que asiste a los enunciados iniciales de “Piedra de Sol”, y, ante la grave afectación que hoy padece un gigante de mil doscientos años de antigüedad, se erige incluso en referencia a la memoria que pueda conmovernos de manera por demás entrañable , tanto en lo personal como en relación a la vida misma de la nación, como acontece con la sabia que nutre a “Pasado en Claro”.
Un convenio suscrito el 7 de noviembre de 1994, el que adolece de todos los vicios de consentimiento escudriñados desde los tiempos del “Digesto” de Justiniano, y estudiados a cabalidad por la escuela del Derecho Civil de Burdeos : “error, dolo, violencia, lesión y mala fe” a saber; convenio que se erigió en punto de partida de una criminal extracción; ante la que, la comunidad de Santa María Acuexcomac, ha emprendido una serie de acciones en defensa de su propia subsistencia: “ unánime presencia en oleaje, ola tras ola hasta cubrirlo todo, verde soberanía sin ocaso como el deslumbramiento de las alas cuando se abren en mitad del cielo”.
albertoperalta1963@gmail.com