Mindset deportivo. El éxito en 50 nanómetros

 

 

Pep Ortega y Garibay

Un equipo de éxito es la continua generación de ideas oportunas. Claro ejemplo es el seleccionado femenil de fútbol y su gran paso por la W Gold Cup. Las mexicanas demostraron que tiene una excelente gestión de su mindset deportivo que va más allá del terrible e inservible “echeleganismo”; es decir, del típico “Échale ganas” que resulta en sueños que nunca se materializan.

Estamos ante un gran manejo de emociones, capacidad de decisión y foco en el aquí y en el ahora, el único espacio-tiempo donde los hechos de la vida ocurren; y esto, con todas las variables que le construyen y alimentan, sucede en tan solo 50 nanómetros. Es el espacio entre neurona y neurona. Es el escenario donde todo sucede: el miedo, el “no puedo”, el “no lo merezco”, el “rival es mejor”; o aquello que llamamos éxito.

Vamos con el Tri femenil y sus “pasos de oro”. Mucho talento demostraron mexicanas y paraguayas durante el partido del domingo pasado. Paraguay, con una liga limitada de fútbol y sin una infraestructura como la que ya hay en México, mostró la garra de la que siempre han hecho gala. Las chicas de Paraguay saben venir de atrás, saben jugar con la presión de un marcador en contra; lograron durante todo el partido mantener el foco en la portería mexicana y nunca se dieron por derrotadas. Tienen una gran fortaleza mental y emocional, además de mucho fútbol.

Una de las fortalezas de las paraguayas es su capacidad para leer y presionar emocionalmente a su contrincante. La toma de decisiones suele ser letal si se pierde el foco en el propio hacer; entonces puede ser fácil caer en su telaraña emocional. Saben fabricar oportunidades donde aparentemente no las hay. Así les ganaron las espaldas a las mexicanas y lograron anotar; además de generar un penal a favor.

Por su parte el Tri femenino gestionó de manera excelente su capacidad mental para solventar paso a paso los retos y oportunidades del encuentro. Es un gusto darse cuenta que en ellas no existe la profecía catastrófica autocumplida de los “ratoncitos verdes”; eso es sólo para el millonario y a veces no tan competitivo fútbol varonil.

El mindset mental de las mexicanas resolvió de manera excelente la turbulencia del encuentro en todos los momentos psicológicos. No resulta fácil pasar por los escenarios emocionales de un 2-0 a favor; 3-1 a favor y, minutos después un 3-2 que, con fortaleza mental y táctica, pudo mantenerse. El sistema de creencias, juicios, emociones, conversaciones y valores de ambas escuadras fueron impecables. Sí, leyó bien, valores; éstos se traducen en conductas medibles y observables durante todas las jugadas con balón y sin balón. Todo es estrategia, todo suma y una desconcentración, una mínima falta de compromiso, puede resultar en un gol en contra. Las mexicanas lo tienen muy claro.

No es tan importante el “qué”; si no el “cómo” se pierde o se gana. Si somos capaces de gestionar nuestras creencias, conocimientos, emociones, sentimientos y actitudes que determinan nuestras decisiones en nuestras vidas, estaremos en mejor disposición de obtener mejores resultados. México y Paraguay nos dieron cátedra de esto.

El siguiente reto tiene por nombre Brasil. Lo importante no es en sí el contrincante, sino, lo que nos digamos de él. El éxito en 50 nanómetros por parte de las mexicanas ya está en juego. Ese partido ante las cariocas ya se empezó a jugar. En este momento, en ese breve espacio en el que las neuronas se conectan; donde los pensamientos y emociones viajan a más de 300 kilómetros por hora se está construyendo el cómo enfrentar a un rival que desde el nombre, ya marca diferencia.

Y usted, ¿ya tiene su estrategia mental definida para esta semana?

Esto es… #palabradecoach.