Por: Atilio Alberto Peralta Merino
Víctor Manuel Velasco Herrera es uno de los pocos expertos en radiación solar existentes en el país, el continente y acaso en el mundo; cultivando la investigación sobre tal fenómeno de tiempo atrás en el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, se desempeña a su vez, como editor responsable del boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, primera revista científica de América con una antigüedad que data de 1839.
Recibí de su parte la gentil invitación de publicar en el boletín en cuestión, la investigación que con motivo de la impugnación ante la justicia federal de la Ley de Aguas del Estado de Puebla, hemos venido desplegando en conjunto como agrupación colectiva un grupo de mexicanos comprometidos con el futuro del país, hoy incierto ante un panorama de recomposición del poder mundial que se expresa en medio de diversos “teatros de operaciones de guerra” desplegados en diversas latitudes del planeta.
Dudo mucho que un hombre de su estricto rigor científico haya accedido a publicar mis notas como mera muestra de condescendencia , así que me atrevo a comprometer el respaldo de su renombre científico al trabajo de mi autoría, siempre temeroso de recibir un desmentido público del que acaso , de manera nada improbable pudiera llegar a ser merecedor.
En los días que corren, en que “un fantasma recorre el mundo”, e indiscutiblemente el país: el concerniente al denominado “estrés hídrico” ; amplias zonas de la Angelópolis – sitio del estudio de caso en cuestión- viven un desabasto agobiante en el suministro correspondiente.
En tanto que, existen regiones expoliadas, que, como la comunidad de Santa María Acuexcomac ,- enclavada en la milenaria ciudad de San pedro, Cholula,- ha visto disminuidos sus caudales de agua en virtud de una extracción abusiva e irresponsable, sobrevenida en clara contravención a los convenios suscritos de tiempo atrás con los representantes de dicha localidad por parte de las correspondientes autoridades a cargo de la Comisión Nacional del Agua.
En fechas recientes, he recibido gentilezas que me abruman, no sólo de un enrome científico como es Víctor Manuel Velasco Herrera; Francisco Xavier Villalón Ezquerro, con la aprobación de mi maestro Jorge Adame Godard tuvo la amabilidad de invitarme al seminario sobre el “Digesto” de Justiniano que se lleva a cabo, semana a semana en el aula “Niceto Alcalá Zamora” del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Federico Campbell Peña, por su parte, tiene al mal tino de considerar que soy conocedor de la cultura novohispana obsequiándome con un estupendo ejemplar de semblanzas sobre su madre: Margarita Peña, quién, ella sí, era en verdad conocedora de los misterios “petrarquianos” que Gutierre de Cetina y Francisco de Terrazas habrían dejado plasmados en “Las Flores de Baria Poesía” de nuestro siglo dieciséis ; confusión en la que también incurre Verónica Volcow, heredera de la cátedra sobre la literatura de la Nueva España que tuviera a su cargo Margarita Peña, y quién generosamente comparte con “Los Doscientos Libres” su enorme saber sobre la “Catedral de Puebla”.
Por lo demás, un autor que goza de una difusión editorial como pocos en México, como indiscutiblemente lo es Leopoldo Mendívil se mostró por demás generoso al presentarme a un editor de enorme experiencia en la vida del país como es Rodolfo Mungía.
Ignoro como es que he podido lograr engañar a gente tal relevante en el ámbito de las ciencias y las artes del país, aun cuando acaso quizá no hayan sido engañadas, sino que hayan decido desplegar su enorme generosidad con respecto a un modesto pero incansable cultivador de todo lo que ignora, anhelante de encontrar sorpresas que le permitan disfrutar del enorme espectáculo del mundo, gustoso de , como Hamlet, dar siempre la bienvenida a los actores que llagan durante la cuaresma al Castillo de Elsinor, una gentileza que, como la recomendada por el propio Hamlet al ministro del reino Polonio, no tuviese en cuenta mis méritos sino la “bondad de sus corazones”.
“Los trataré como se merecen- dice Polonio, en relación a los actores trashumantes. Mucho mejor, contesta el Príncipe, si tratases a los hombres como se merecen ¿quién de ellos se libraría de ser azotado? Trátalos mejor conforme a tu buen corazón y generosidad”.
albertoperalta1963@gmail.com