Pepe Chedradui está rebasando a todos los “puros” morenistas para arrebatarles la cnadidatura de Morena por la capital del Estado. Peor, ¿Cuáles son las fortalezas de Pepe Chedraui? ¿Por qué los denominados “duros” de Morena están tan nerviosos ante su muy probable postulación como candidato a la presidencia municipal de Puebla? ¿Qué ven en el empresario? ¿Qué los tiene tan inquietos y preocupados, tanto que ya le han organizado al menos dos marchas o protestas con el argumento de que sólo los “puros” del partido pueden llegar a las boletas electorales?
Hay muchos puntos que se deben de considerar por quien, muchos dicen, es el favorito del gobernador Sergio Salomón.
Es indudable que Pepe encabeza todas las encuestas que ha hecho dicho partido político, incluso en las internas. Y es que, su posicionamiento en dichos trabajos demoscópicos, como morenista y de cualquier partido, cuenta con mejores números, con mayor potencial de voto y menos negativos, es decir, el que le puede sumar más a Morena y atraerle más votos de la clase media y de los indecisos e indiferentes, que son los que, en una elección normal, suelen votar por Acción Nacional.
De igual manera, Chedraui tiene mejores indicadores en opinión y confianza que cualquiera de sus competidores internos.
Por su parte, el diputado federal Alejandro Carvajal de plano no pinta en las encuestas y la ex alcaldesa Claudia Rivera Vivanco tiene prácticamente el mismo conocimiento que Pepe, pero sus negativos son altísimos, tanto en la ciudadanía en general como incluso al interior de su movimiento político. Hay un marcado rechazo, debido a su pésima gestión como presidenta municipal en 2018-2021.
Ambos actores políticos, tanto Carvajal como Rivera son los más activos en la organización de las marchas o protestas contra Chedraui ante su, como ellos dicen, posible imposición. En esa misma sintonía están también David Méndez y su grupo. Pero, la realidad es que en la movilización del Centro Histórico de Puebla, de hace unos días, denominada “de la unidad”, movilizaron a no más de mil personas, principalmente del interior del estado. Poblanos de la capital básicamente les dieron la espalda.
De la misma manera, Chedraui es el candidato que, como sucedió en el caso de Alejandro Armenta para la candidatura a la gubernatura, más se ha puesto a construir consensos con distintos actores, y es el que ha buscado mantener el discurso de la unidad y aglutinar a las fuerzas morenistas en una de las elecciones más complicadas que puede tener Morena en el estado si vemos el antecedente de 2021.
Recordemos como en días pasados, tras una comida convocada por el empresario con varios de sus competidores internos Nora Merino, Toño López, Mónica Silva, Gabriel Biestro, Leobardo Rodríguez e Iván Herrera, varios de estos empezaron ya a declinar a favor de Pepe. Es una realidad que ninguno de los antes mencionados, tenían posibilidad alguna de quedarse con la candidatura de la capital poblana.
De igual manera, Pepe Chedraui es también el único candidato que, a diferencia de lo que dicen Carvajal o la misma Claudia Rivera, transita con diferentes sectores sociales, políticos y económicos de la ciudad y el estado. Alguien que puede sumar los votos faltantes, no sólo para su elección, sino para la de Alejandro Armenta y también para la campaña federal, tanto para Claudia Sheinbaum como para las cámaras de diputados y de senadores.
No podemos tampoco dejar atrás que ha sumado a los partidos aliados, incluso más allá de un mero acuerdo electorero. Y es que tanto el PT como el PVEM, a través de sus dirigentes estatales, han condicionado prácticamente la alianza con Morena a que el candidato sea Pepe Chedraui. Un apoyo abierto y público que no ha logrado ni logrará, por ejemplo, Claudia Rivera.
El empresario cuenta con el apoyo de su amigo, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien, tal como ocurrió para el caso de la candidatura a la gubernatura, está haciendo valer su voz y su voto en un proceso sumamente complejo, en el que Morena cometió dos errores de principiantes: el primero, ponerse a jugar a la democracia dejando que se inscribieran más de 30 aspirantes, y el segundo, abriendo la puerta a perfiles con cero competitividad y que sólo alzaron la mano para ver qué migajas les arroja el partido, pero que hoy están complicando, y muchísimo, una definición que ya se pospuso por cierto hasta el próximo 9 de marzo.