Javier Gutiérrez Téllez
Si nos ponemos uniforme de aprendices, mucho provecho podemos sacar de los hechos políticos recientes. De hecho, ese uniforme lo debemos portar todos, todas las veces y todo el tiempo.
Admitir como natural aquello de que en esta vida unos vienen a enseñar, pero todos absolutamente venimos a aprender.
Algunas enseñanzas:
1. Los pronósticos de que Morena se derrumbaría desde su interior por las luchas internas se volatilizan. Han gestionado con más acierto que errores las diferencias intestinas. La democracia es así, imperfecta y humana.
2. La señora Sheinbaum no sufrió derrota alguna con la no llegada de Harfuch, el señor de las encuestas y, en cambio, se muestra demócrata con el reconocimiento del triunfo de Clara Brugada, la dama de las izquierdas. Los pronósticos maximalistas siempre tienen una motivación catastrofista.
4. El conquistar posiciones por eso que llaman “paridad de género” no termina de ser digerido. Pareciera que dar preponderancia a la mujer por decreto o en automático, muchos lo ven como un remedio del machismo. En ese afán, a mi me parece que terminan pisoteando elementales prácticas democráticas y arrumbando el talento. La falda o el huipil no suplen por arte de magia la capacidad, experiencia y materia gris.
5. Vimos en Puebla que dinero, derroche y espectaculares no produce popularidad. Metidos en licuadora esos tres elementos, mas denigración, propaganda negra y mentiras, construyen un autorretrato, pero no edifican liderazgo.
7. El viejo estilo de la búsqueda y conquista de identidad a ras de piso sigue dando resultados. El contacto personal, saludo de mano y cercanía son insustituibles, si se complementa con la propaganda moderna en dosis competentes. El trabajo directo, por largo tiempo, de modo sistemático da frutos. La veterana trilogía de las “eses”: suelo, sudor y saliva da candidaturas.
8. Alejando Armenta perseveró y mantuvo su estrategia. Superó más de una vez un suelo minado, rumores y provocaciones. Nunca perdió el primer sitio en las encuestas. Se mantuvo impertérrito frente a versiones sin sustento y campañas de todo tipo. Sin duda una experiencia provechosa con un resultado exitoso.
9. El mensaje de Armenta al conocer el resultado fue maduro, llamó a la concordia y desechó la tentación de la soberbia y el regodeo. Le viene un arduo trabajo. No tendrá más que repetir la fórmula que ha mantenido todos estos años.
10. Todo lo vivido en Puebla hasta ahora (y lo que falta) en materia de contiendas políticas, estilos, estrategias y personalidades, seguramente ofrece una magnífica oportunidad de estudio y análisis para los alumnos de las carreras de Comunicación, Ciencias Políticas, Administración y Mercadotecnia.
11. Se dijo aquí que Alejandro Armenta y Eduardo Rivera estarían en la boleta electoral. Y así fue. Sólo que Rivera decidió ir por la gubernatura en lugar del sitio seguro que tenía a tiro de piedra con su reelección. Riestra, en cambio, el candidato del PRIPAN a la alcaldía, en contraste con Lalo tiene todo cuesta arriba. Habrá que ver a quien postula Morena. Tendrá que ser una obligada mancuerna de trabajo con Armenta.
12. Alejandro no tendrá que afrontar un control de daños en el escenario, por la sencilla razón de que mucho de lo propalado eran edificaciones de papel, papel de china y papel moneda. Con las ilusiones perdidas la marea se va acomodando. Más la tradicional cargada que es inherente al sistema político mexicano. Definido el ganador hay especies endémicas del mexicano modo de hacer política.
Criterio y patrimonio cultural
Una familia poblana nos reporta un ejemplo absurdo de falta de criterio para promover nuestro patrimonio arquitectónico.
Pretendieron disfrutar el valor histórico que tuvo y tiene en las luchas de Puebla el hermoso edificio que fue la Penitenciaría del Estado y luego Instituto Cultural Poblano, en la 13 Sur y Avenida Reforma. Intentaron mostrarlo a los hijos como un aula viva de la historia y se toparon con el criterio infranqueable de la burocracia que lo ocupa.
Al parecer la Secretaría de Finanzas comparte ese gran inmueble con otras dependencias.
El caso es que en este y otros casos les impidieron rotundamente un somero vistazo con fines turísticos y de orgullo por lo poblano.
Es entendible una razón de seguridad, pero inaceptable que un criterio estrecho no pueda hacer compatible el uso de esas instalaciones para fines administrativos con el interés legítimo de turistas locales y extranjeros por recorrer ese monumento vivo de la historia de Puebla, particularmente un baluarte del Sitio de Puebla de 1863.