A medida de que avanzan las semanas, hay señales de que el Frente opositor puede ser competitivo en la elección de 2024, aunque, ciertamente, es una realidad que no tiene garantizado el triunfo. No es un secreto que dicho Frente vivirá una elección de Estado, por lo cual un posible triunfo tiene que ser holgado, pues uno estrecho podría ser echado abajo por el presidente López Obrador con la fuerza del Estado. Un escenario con una victoria con un más amplio difícilmente podría ser revertido por el Presidente, aunque, como es su costumbre, nunca aceptará que su partido fue derrotado, ni le pondrá la banda presidencial a Xóchitl.
Es ahí donde entra la importancia de Movimiento Ciudadano, partido que podría jugar un rol determinante. Según distintas mediciones que se han publicado, su votación pueda rondar entre 5 y 10 %. Se trata de un porcentaje que, de jugar con el Frente, podría permitir esa amplitud que se requiere para lograr no sólo una victoria, sino una con un margen suficiente para resistir el embate del actual gobierno. Una reciente encuesta de Massive Caller señala que de la votación de MC, 63 % iría al Frente Amplio de no participar con un candidato propio. No son todos los votos, pero sí la mayoría.
Pero, como sabemos, MC se ha mantenido cerrado a unirse al Frente Opositor. Se entiende la actitud pragmática de Dante Delgado de esperar a que se definan muchas incógnitas que no se habían despejado. Pero el panorama se va aclarando y la posición de ir por su lado se mantiene firme, hasta ahora. Incluso, todo indica que se va a sostener en eso. Las descalificaciones entre MC y el Frente han crecido en intensidad y frecuencia.
Si al final, el partido “naranja” decide ir solo, el saldo para ese partido será negativo. No solo no tendría la posibilidad de ganar la Presidencia por sí mismo, sino que además dividiría el voto opositor y facilitaría el triunfo de Morena. Aun si Marcelo Ebrard fuera su candidato, los obradoristas que a él lo preferían votarían en su gran mayoría por Claudia Sheinbaum, pues ella representa el movimiento obradorista por el que han apostado y al que le creen a pie de la letra. Para ellos, Marcelo pasará a ocupar el papel de traidor, incluso para la mayoría de quienes fueron sus simpatizantes en la contienda interna.
Sea como sea, mientras MC se confirme como el partido que divide el voto opositor, quedará señalado por todos como el caballo de Troya de López Obrador, y así será tildado por años; ya hoy en día se le comoienza a llamar Movimiento “CiudadAmlo”, el nuevo Partido Verde, etc.
Si esto sucede, sería un saldo negativo cuando justo lo que busca MC, según sus dirigentes lo dicen, es lo contrario; proyectar la imagen de una tercera vía, un partido fresco, honesto y confiable. Será visto como exactamente lo opuesto.
Hoy en día, Movimiento Ciudadano está envuelto en divisiones y presiones internas; por un lado, están quienes en ese partido coinciden que la peor estrategia es ir separados del Frente y que más le convendría negociar con él su adhesión en torno a Xóchitl Gálvez, alguien que goza de la confianza de ese partido y que más bien puede identificarse ideológicamente como social-demócrata, que es la bandera del partido naranja.
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro ya modificó su postura, que era esa, militantes de Guerrero ya rompieron con Dante por esa razón. Y por otro lado, entre quienes prefieren que el partido no se sume al Frente, hay muchos que no quieren a Marcelo como candidato, contrariamente a lo que, al parecer, desea Dante.
Probablemente perciben que serán echados a un lado por el equipo marcelista tras haber trabajado durante años en el partido, y calculan que Marcelo empezará a ejercer un liderazgo muy fuerte en MC. Hay en este tema también un dilema, un conflicto y una eventual ruptura de no lograr un acuerdo. De cualquier manera, el pronóstico que muchos desde fuera hacemos es que MC comete un error que le podría salir muy caro. Los morenistas, los animan a seguir por ese camino, porque evidentemente les conviene.