AMOR
Amor; palabra en bruma… bruñida.
Alargar el amor en templo de nubes,
a pocos días ha dejado caer la lluvia;
en renovación del cielo en muros ancestrales.
Inesperada transparencia, amor esculpido en ámbar; muros eternos de nubes.
Se degüella la tarde en filo de cumbres,
escasas claridades, en tiempos estivales idos,
lo que se hará mañana en nuestro ocaso. –pleno de matices, sonidos.
Las estrellas revientan al llegar la noche, lo sabemos o ignoramos.
De la belleza y dolor llega el crecimiento espiritual…
siempre existen, anhelos, sueños,
quimeras, venturas, regresos.
Despertamos a la vida; al alba.
Nos espera fresca y perfumada cuál amante, amiga, compañera.
De alguna forma la tierra nos espera… en algún momento.
Lágrimas de rocío resbalan en hojas y pétalos de flores.
El viento deshilacha los instantes; recuerdos.
Vertiente de espuma suelta, trinos de pájaros sonrientes,
igual al canto del poeta, azul y generoso.
Canto a la vida, a la mujer grácil, digna de la espera…
madura en sentimientos.
Al amigo distante, al mentor y los mensajes de Luna y su blancura…
agua que mane inagotable; alfaguara sin destino.
Somos más que tiempo, romántico, heroico de pureza.
Amor es estar ahí, con la persona; es luz para iluminar a los virtuosos.
Nos hace más nobles,
que el hermano se una con el hermano en consubstanciado abrazo fraternal,
libertos de ternura y ataduras.
Toquemos impacientes la cordura de sueños que nos nombran,
en cosmogonía y unidad, universal.