Jorge Marcelino Alejo
Conmueve escuchar que la población con mayor grado de escolaridad, redujo sus ingresos en los últimos seis años. En contrario, las personas con menor grado de educación reportaron aumento.
Aún más, el empleo informal es serio dolor de cabeza, porque los ingresos son inestables, no se otorgan prestaciones de ley y no se pagan impuestos.
Los datos son muy significativos.
En la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares – ENIGH- se cita que entre 2016 y 2022, la población con estudios profesionales tuvo una caída en sus ingresos del 13.7 %, y del 34.2 % en quienes cuentan con estudios de posgrado.
Tania Arita directora de reclutamiento de Talent Solutions de Manpower Group, apunta que si bien la educación formal es importante, no siempre garantiza un crecimiento profesional.
Señala también, que la experiencia laboral puede mejorar oportunidades de las personas y generar mayores ingresos.
Héctor Márquez presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano -Amech-, apunta que cada año se incorpora un millón 100 mil personas al trabajo informal, y advierte que el avance de la informalidad nos rebasará, pues hay estados especialmente del Sureste del país, donde el 80 % de la población en edad laboral carece de empleo formal.
Hasta aquí nos preguntamos ¿Tendrán algo qué ver los libros de texto en este escenario?
Porque debemos decir, desde nuestro punto de vista, que esta situación tan preocupante debía estar en la discusión generada por el contenido de los Libros de Texto Gratuitos.
Y por supuesto, si se convencen de que juegan un papel coyuntural en la educación de los mexicanos, pues entonces que ayuden a que ese propósito sea una realidad.
Tal vez en las próximas generaciones, ya se dejen atrás estos embrollos de que por el alto costo de la vida, los egresados universitarios con nivel de pos grado perciben menos ingresos, y también, que se esté creando el empleo subterráneo que pesa mucho a la economía.
Aquí es donde se necesita que los expertos en educación, los que saben, le aporten toda su sapiencia y propongan las mejores opciones en materia educativa.
Es justo que vengan nuevos rumbos para el país, pues al menos en este espacio donde tocamos renglones empresariales, en las últimas décadas nos encontramos con que los médicos –incluso con posgrado- se convierten en agentes vendedores de los laboratorios farmacéuticos, o ingenieros y profesores se emplean como taxistas o comerciantes informales.
Aunado a ello, se capta también que las empresas acusan un crítico mercado laboral, que no les ofrece el personal que necesitan sus empresas, y en consecuencia, la remuneración salarial no es la deseable.
M E M O R A N D U M
PYMES
A micro, pequeñas y medianas empresas –Pymes- no les va bien en construcción de obra pública de Gobiernos Federal y Estatales.
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción –CMIC- a nivel nacional, subraya que alrededor del 96 % de sus afiliados, que son Pymes, prácticamente son marginadas de la obra pública federal.
Quienes se llevan los contratos son las grandes constructoras para los grandes proyectos, como el Tren Maya, el Corredor del Istmo de Tehuantepec…y otras emblemáticas del Gobierno de la 4T.
Por la cercanía de los tiempos previos a la renovación del Gobierno poblano, vendría bien que los aspirantes a ese cargo, especialmente el Senador Alejandro Armenta Mier y el Diputado Federal Ignacio Mier Velazco, esbozaran cuál sería su comportamiento para la ejecución de obra pública en la entidad.
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