PULSO POLITICO. Dos políticos poblanos, ejemplares

Gabriel Sánchez Andraca

Sin lugar a dudas dos políticos poblanos que constituyen un ejemplo para los jóvenes que aspiran a incursionar en los terrenos de la política, lo son el doctor Alfredo Toxqui Fernández de Lara, ex gobernador del Estado y el profesor Jorge Murad Macluf, ex presidente municipal de Puebla, quienes en este mes son recordados por el 110 aniversario del nacimiento del primero y por el trágico fallecimiento del segundo.

El doctor Alfredo Toxqui nació en la vecina ciudad de San Pedro Cholula el 5 de agosto de 1913. Todos sus estudios, desde la primaria hasta los profesionales, los realizó en el estado y desde estudiante supo ganarse el afecto de sus compañeros por su sencillez y caballeroso trato, características que mantuvo en toda su vida política lo que le ganó la estimación de la ciudadanía en general y le ayudó para lograr la pacificación política del Estado, alterada por la lucha de reforma universitaria iniciada en 1961 y concluida, entre comillas, en 1972.

El maestro Jorge Murad Macluf, nació en Tehuacán, donde se encontraban sus padres llegados de Líbano y su niñez y juventud las pasó en Ciudad Serdán. Estudió en esta capital la secundaria y la preparatoria y pasó a realizar estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Puebla que no concluyó, pero que le sirvieron para ingresar al magisterio como maestro de biología, química y otras materias, en el Centro Escolar Francisco I. Madero, establecido en esa población, en los tiempos del gobierno del general Rafael Avila Camacho.

Fue un excelente maestro, estimado por sus compañeros maestros y por sus alumnos. Ocupó la dirección de la escuela Secundaria y ahí realizó tan buen trabajo, que en los tiempos del gobernador Merino Fernández, se le designó director general del nuevo centro escolar Guadalupe Victoria, creado en la población de Chignahuapan.

EL DOCTOR TOXQUI SE INICIO POLITICAMENTE hablando, en el Sindicato del Seguro Social, institución en la que trabajaba como médico general.

Fue dirigente estatal de la CNOP que agrupaba al sector popular priista y de ahí pasó a ser dirigente estatal del PRI, el partido dominante en esa época.

Había sido dirigente del Sindicato de Trabajadores del IMSS en Puebla y después de haber sido diputado, fue senador de la República en tiempos del presidente Echeverría y de ahí pasó a ocupar la gubernatura del Estado, en momentos sumamente difíciles, cuando la sociedad poblana enfrentaba un conflicto entre los sectores liberal y conservador, derivado de la lucha por la llamada, reforma universitaria, que consistió en rescatar a la institución de las manos del conservadurismo que tenía estancada y dominada a la educación superior de Puebla.

Con su lema de campaña: Cancelemos odios y rencores, logró la pacificación política del Estado y pudo gobernar sin problemas y entregar el gobierno a su sucesor Guillermo Jiménez Morales, en un ambiente muy distinto al que encontró a su llegada al poder. Su gobierno fue tranquilo y de atención primordial a los municipios del interior del Estado. En todas partes se le guarda un afecto especial por el trato que dio a los municipios y a todas las autoridades municipales.

Después de dejar el poder, pasó a ser un ciudadano común, que transitaba tranquilamente por las calles, saludando a mucha gente que se acercaba a él con admiración y afecto. Algo que no era común entre los políticos que habían alcanzado posiciones importantes. Falleció, pasados los 90 años de edad.

EL PROFESOR MURAD, FUE PROPUESTO POR EL sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, sección 51, como candidato a la diputación local, por Chignahuapan y al principio no quería aceptar. Dos de sus alumnos de Ciudad Serdán lo convencieron de la necesidad de que aceptara ese cargo político, que sería el primero de su carrera y por fin aceptó.

Eran los tiempos del general y doctor Rafael Moreno Valle.

Ya como diputado quiso renunciar, pues el sueldo de los legisladores de entonces era de solo 7 mil pesos y no le alcanzaban, dijo, para el sostenimiento de su familia cuyos hijos ya estaban por venir a estudiar a Puebla. El propio gobernador al conocer del asunto, lo mantuvo como director del centro escolar de Chignahuapan y asunto arreglado.

Ya en el gobierno del ingeniero Merino Fernández, pues el doctor y general Moreno Valle, si tuvo que solicitar licencia por problemas políticos con el presidente Echeverría, el maestro Murad informó de la difícil situación de violencia que había en el municipio de la sierra donde está el centro escolar que dirigía y el gobernador le encargó que le informara con veracidad de lo que pasaba pues no confiaba en el entonces presidente municipal del lugar y envió para estar el frente de la policía municipal a un general del ejército retirado, famoso por su dureza en el trato a los delincuentes, que antes platicó con el profesor Murad.

Y se logró la pacificación en forma rápida y tranquila. Los delincuentes, que formaban una pandilla que había sembrado el miedo en la región simplemente desaparecieron y el maestro se cubrió de gloria y eso le valió que ganara la diputación federal y trabajando en conjunto con otro gran político poblano, el licenciado Horacio Labastida, que también era diputado federal logrando grandes beneficios para la región, entre ellos la protección de los bosques y su explotación racional para beneficio de pequeños propietarios y ejidatarios.

Como presidente municipal se enfrentó al grave problema de los vendedores ambulantes y por su don de gentes y su comprensión de los problemas populares, logró llegar a acuerdos con el líder de los vendedores, Simitrio y se construyeron mercados suficientes para albergar a los comerciantes callejeros.

Se le mencionó insistentemente como posible candidato a la gubernatura y cuando estaba a punto de terminar su periodo como alcalde de la capital del estado, ocurrió el terrible accidente de la Avenida Juárez, a consecuencia del cual falleció el 9 de agosto de 1985,

ALFREDO TOXQUI FENÁNDEZ DE LARA Y JORGE MURAD Macluf, son dos políticos ejemplares, como los hubo muchos de los tiempos del viejo PRI, antes de la llegada de los doctores de Harvard al poder y su rampante neoliberalismo que otro poquito y acaba con el país, pues ya hasta el secretario de Hacienda de ese entonces decía; “el mexicano que no sepa hablar inglés, estará perdido”.