Martín André Rosas Ortiz. Adquiriendo habilidades como tarotista y fantaseando más allá de su experiencia con los videojuegos, comenzó a escribir una novela sobre el mundo de los arcanos. En el proceso, se inscribió al taller de Escritura Creativa Miró, dirigido por el maestro Miguel Barroso Hernández y, hoy, cree posible el sueño de convertirse en escritor.
Con 17 años, cursando el quinto semestre de preparatoria en el Liceo Veracruzano, Martín aprehende las técnicas y habilidades narrativas para, próximamente, estudiar literatura y convertirse en protagonista de su propia historia.
DECISIONES
“Dios, que ridículo”, creía aquel hombre sentenciado a la horca, después de cometer —dijo el juez— semejantes atrocidades a una familia. ¿La razón…? No interesa a este cuento.
En la parte de atrás de la carrosa se hallaba el recluso pensando en lo estúpida que le parecía la situación. “¿Quién habría castigado a esos monstruos, si él no lo hacía?” Era cruda y merecida justicia. “¿No resultaba evidente?”
El vehículo, tirado por caballos, tomó un paso más violento y fue, entonces, que aquel hombre vio una salida frente a él. Las rocas del camino saltaban a la jaula que lo mantenía en cautiverio. Si bien no eran de gran tamaño, con la técnica correcta y la fuerza necesaria, podría romper uno de los barrotes y ser libre; tan libre como se es siendo un fugitivo.
Más allá del plan, necesitaba correr con mucha suerte. Calculó todas las desventajas y ventajas que conllevaba tal acción. Pensó, al detalle, cuáles eran sus mejores opciones…
¡Ah, pobre y miserable hombre! Ojalá hubieran visto la cara que puso cuando, al romper los barrotes, avistó la horca que había sido preparada para él. Su destino pudo ser diferente de haber tomado la decisión cuando aún tenía tiempo.