Por: Atilio Alberto Peralta Merino
Al haber sido invitado a la ceremonia que al efecto habrá de celebrar la misión diplomática de la República Bolivariana de Venezuela acreditada en nuestro país, presidida por el excelentísimo embajador Comandante Francisco Arias Cárdenas con motivo del 212 aniversario de la firma del Acta de Independencia de su Independencia, he sido objeto de una honrosa distinción.
Había sido invitado con antelación, el 17 de diciembre del 2021 a pronunciar un discurso con motivo de la conmemoración del aniversario luctuoso de Simón Bolívar (Discurso por Simón Bolívar | Atilio Peralta Merino – E-Consulta).
En el acto correspondiente llevado a cabo en la ocasión en la Ciudad de Buenos Aires, el discurso principal correría a cargo de Atilio Alberto Borón, cuyo renombre continental contrasta con el de mi modesta persona por lo que espero haber podido compensar con tesón y esmero los méritos que me faltan en contraste.
La ceremonia de éste 5 de julio habrá de llevarse a cabo en medio de circunstancias de enrome trascendencia política en el ámbito de las naciones.
Un año atrás, en el acto solemne de conmemoración del efeméride, resaltaba la presencia de la representación de Rusia, engalanada con trajes y kepis militares, atuendo que, en las actuales circunstancias , habrá, dado el caso, de revestir una especial significación.
En medio de la impotencia de las tropas de la OTAN y mientras parece que en Zaporiyia se reedita a 80 años de distancia la “batalla de Kursk”, la intentona del grupo “Wagner”, siguiendo una dirección geográfica inversa, presenta, no obstante, más de una analogía con la «Anábasis» de Xenofonte.
Llega irremisiblemente a la memoria, tanto el guion diseñado por Keneth Roosevelt en Irán en 1953 y seguido a pie juntillas en Guatemala, Cuba, Chile y en Venezuela en dos ocasiones: el 8 de abril del 2002 y con el denominado “concierto por la paz” en la frontera con Colombia escenificado en marzo del 2008, por una parte; como dado el resultado en cuestión, la frustrada intentona de agosto de 1991 de golpe contra Mijail Gorvachov.
Pocos días antes de que la sedición de los “wagner” sorprendiera al mundo, el país caribeño fue visitado por Ebrahim Raisi, presidente de la República Islámica de Irán; colocándonos, en consecuencia, en el epicentro de una región, cuya importancia estratégica, encuentra una peculiar raigambre en la historia.
El criadero de perlas descubierto por el Almirante Cristóbal Colón en Cubagua, se erigió, antes de que se tuviese noticia de las vetas de plata en Nueva España y del oro del Perú; en la primera fuente de riqueza incalculable que permitió a la corona de Castilla sentirse compensada por el riesgo que fuera asumido con motivo de la expedición colombina, al unísono de que sustentaba su pretensión de alcanzar la plena hegemonía en Europa y en el resto del orbe en aquel momento.
“Quiero mezclar un poco de los secretos naturales- rememora Colón citado por Bartolomé de la Cass en la HISTORIA DE LAS INDIAS- que hay cerca de criar o naces de las perlas, lo que no creo que será a los leyentes desagradable, en latín se llaman propiamente margaritas, por que se hayan en las conchas de la mar, según dice San Isidoro en sus etimologías”
Siguiendo en sus disquisiciones a Plinio y a Alberto Magno , el marino genovés señalaba asimismo lo siguiente : “Pudieran los que no admiten que del rocía se críen las perlas, asignar algunas causas naturales donde pudieran parecer; y es una, poderse criar en las mismas conchas por virtud de algún lugar, en el cual impriman los cuerpos celestiales virtud minerales y de la misma agua de la mar, de la manera que se crían las otras piedras preciosas y comunes”.
De los pocos pensadores de la Edad Media avocados al estudios de la “fisis” de Aristóteles, Alberto Magno, Santo Doctor de la Iglesia de Roma, se suma a Plinio y su “HISTORIA NATURAL, para conformarse como uno de los eslabones del surgimiento de la ciencia moderna mediante la autoría de su obra “Natura Rerum”, reiteradamente citada por Cristóbal Colón al hacer referencia a la citada pesquería de las perlas preciosas.
La explicación que vierte sobre el origen de las perlas remite, no obstante, a la historia devocional de la perla en forma de pierna, que un modesto pescador llevara la Santuario de Nuestra Señora del Valle, pagando una manda por la intercesión implorada para salvar el miembro que había sido infectada a consecuencia del ataque de una mantarraya.
La concha dice en el mar:
yo mantengo una riqueza
una prenda de belleza
con un brillo natural.
Yo valgo más que el coral
que el diamante y que el rubí
yo no me cambio por ti
pues yo valgo donde quiera
y en regiones extranjeras
todos me aprecian a mí.
Carlos V , concedió el monopolio del comercio de aquellas joyas a los banqueros Welser , en pago a las deudas contraídas para financiar su acceso a la corona del Sacro Imperio Romano-Germánico; el agotamiento del cultivo convirtió en sitio fantasma a la Ciudad de Nuevo Cádiz, edificada como espacio para su acopio, de los muros e instalaciones de sus vestigios, habría tenido que zarpar forzosamente la embarcación que conducía el halcón negro de cerámica que en su interior albergaba un formidable cargamento de perlas según el relato contenido en la cinta protagonizada por Humphrey Bogart y Mary Astor, con el ineludible destino de la isla de Malta, sede del poderío de la familia Welser.
Ruinas fantasmales que, al menos cuando me tocó en suerte conocer, tan sólo podían ser apreciadas por aquellos pocos privilegiados que contasen con la suerte de poder hacer el viaje en alguna embarcación privada, cuyo capitán gentilmente condujese a su tripulación , a la magnificente bahía de Charagato, puerta de entrada a una isla totalmente despoblada.
Conduciendo el timón de la nave , durante aquel trayecto como parte de su misma anfitrionía, no habría de faltar el llamado de atención de aquel capitán sobre el vuelo de las aves llamadas guanaguanare por los lugareños , resaltando en su vuelo el contraste de tonos azules de las inmediaciones del mar y el cielo con las inmensas nubes blancas y la intensa luminosidad del sol; así como sobre el lejano sumergir de las ballenas, menos monumentales que las descritas por Herman Melville cruzando el Océano Pacífico, pero que, observadas desde una pequeña embarcación, producen en que contempla aquellos movimientos la misma sensación de enormidad total, que se habría suscitarse en los acompañantes del Capitán Ahab en la zaga de Moby Dick.
En su periplo de retorna a Santo Domingo procedente de España, tras el descubrimiento de Cubagua, Cristóbal Colón se trasladó a la Isla vecina a la que, siguiendo la ya referida etimología de San Isidro de Sevilla bautizó como Margarita, de la que zarpó el miércoles 15 de agosto de 1498, día de la asunción de Nuestra Señora, lo que da nombre a la ciudad que capitanea hasta nuestros días de vida isleña.
Es precisamente en La Asunción en donde es aprehendido “El Tirano Lópe de Aguirre” a quién por formidable licencia histórica, el cineasta Wener Herzog ubica perdido en el rio Amazonas como habría acontecido en realidad a la previa expedición de Gonzalo Pizarro.
Ante el reflejo de la luna llena en el oleaje de pleamar, los viejos margariteños argüían que, en realidad, el fulgor luminoso de las cretas no podía ser otra cosa que “ el alma en pena del tirano Aguirre”, quién había hostilizado y reducido a prisión a Marcela y a su esposo, la hija de la gobernadora Aldonza Manrique, quién permanecería toda su vida en Santo Domingo sin jamás pisaría la isla, cuya gobernación, le fuera generosamente asignada por el emperador Carlos V.
Un siglo después, en las inmediaciones de las aguas del pequeño archipiélago conformado por Cubagua, Margarita y la Isla de Coche- vocablo que significa venado en alguna lengua vernácula que acaso fuese el taino-, Carlos, el hijo del inmortal Lope de Vega, encontraría la muerte en el naufragio de una embarcación en la que se había enrolado, seducido por el sueño de la inmensa riqueza que ofrecía la pesquería de las perlas preciosas.
Iba Felicio, ¡ay cielos!, embarcado en un ligero leño,
infausta cama a su postrero sueño,
a más feliz que Arabia, a Margarita.
La madre de perlas, Margarita.
Perlas, dice el pastor Artemidoro,
que significan lágrimas, Tirreno.
Así mis años que esperé nestoros
cubres de triste y miserable luto,
siendo tu fin de mi esperanza el fruto
¿Para qué quiero yo vida sin verte?
¡Oh perezosa muerte!
Adscrito al portal Stratfor, conocido entre los articulistas de tópicos políticos, como la CIA del sector privado, Robert D. Kaplan señala en sus “Gruñidos Imperiales” , la supuesta existencia de una conexón en dicho espacio, que lo mismo abarca al Hezbolá “chiíta” que al Isis “sunita” , han pasado muchos años desde mi estancia de residencia en la isla, de aquellos tiempos recuerdo, la presencia de manera por demás manifiesta de muchos uruguayos que huían de la persecución desatada por Bordaberry, había entre mis compañeros de escuela secundaria niños uruguayos y mi padre conversaba con señores procedentes de aquellas latitudes, curiosamente, en contrapartida, de la región de medio oriente lo único que recuerdo es una pequeña fonda familiar ubicada en la zona central de Porlamar en la que se expendía para comer kepe , tabule y garbanza, con tales antecedentes, la lectura de Kaplan me mueve a una especial suspicacia, me parece en lo personal, muy difícil imaginar que aquel pequeño restaurante ,se haya transformado con el paso del tiempo en una amenaza continental.
Poco antes de que acaeciera su lamentable deceso, me gustaba charlas con mi amigo Elvio Botana Jr. respecto de aquel flujo de migrantes uruguayos, fuente de primer nivel dada la relevancia que en todo el extremo sur del continente revistió en su momento su abuelo, el magnate de la prensa Natalio Botana; sobre el mismo tópico he charlado al respecto con el dirigente de la asociación de escritores de Uruguay Jorge Nández.
Siendo todavía un niño, escuchaba a aquellos desterrados hablar con verdadero horror de un anuncio promocional de la campaña electoral de Bordaberry en la que aparecía el muro de Berlín con una leyenda que decía: “oriental, no te dejes robar el Uruguay”.
No entendía en ese momento el motivo por el que aquel mensaje producía tal grado de conmoción estremecimiento, han pasado muchos años y, la verdad sea dicha, es que sigo sin entenderlo del todo, aun cuando en algo me han sido de provecho las charlas con Botana y Nández; la campaña dirigida por el psiquiatra peruano Carlos Alberto Seguín, contratado ex profeso por la CIA y con lo que se inauguraba el esquema de la llamada “propaganda negra” como parte del célebre programa MK Ultra, estaba diseñada para conmover los resortes emocionales de una sociedad específica y determinada.
Muy lejos del terror que la persecución policial iniciada en el llamado Cono Sur por Bordaberry , lo que resuena en mis recuerdo son los aparatos de radio y los tocadiscos que iban a cubierta de los pocos yates anclados en la bahía de Charagato, en aquellas desiertas las desiertas playas de la isla de Cubagua, que embelesaran y llenaran de ilusiones a Cristóbal Colón yen los que se dejaba escuchar una canción del compositor Hernán Marín muy en boga en aquellos lejanos días, y cuya letra, pese a su dejo inocente y juguetón , resultaba por demás elocuente respecto del momento que se vivía:
“¿Curruco por qué no tramas?
¿Por qué no tramas curruco?
Porque el que no está tramando
Tiene su cuerpo maluco.
Se va y ni vuelve más Suraí
Quién mantiene los piquirinos
Yo no conozco el Uruguay.”
El suceder de los acontecimientos ha dado al lugar una enorme relevancia estratégica, desde los días de la pesquería de las perlas preciosas monopolizada por los banqueros de la Soberana Orden de Malta, hasta nuestros días; la tuvo, en consecuencia, al suscitarse los encuentros y desencuentros descritos por el historiados Felipe Larrazábal entre Simón Bolívar y el prócer Santiago Mariño, quién ostentaba en su haber su participación en la batalla librada con motivo del reconocimiento que los insurgentes en la isla hacían de la junta independentista, poco recordada en el resto de Venezuela, pero que, por la fecha de su celebración, el 4 de mayo, me acercaba entrañablemente a la Ciudad de Puebla.
Batalla librada siete años antes de verificarse el desembarco de “El Libertador” en Porlamar procedente de Haití, en donde, respaldado plenamente por presidente Alexandre Pétion, había extendido la solemne promesa de manumitir a los esclavos del Continente, y asimismo había escrito la monumental “Carta de Puerto Príncipe”.
Curiosamente, el primer caso de sometimiento a esclavitud den las Américas según da cabal cuento de ello Fray Bartolomé de la Casas, anterior incluso a la que llevaran a cabo los portugueses con seres humanos procedente de África, recayó sobre los “lucayos” , habitantes de las islas Bahamas, esclavizados con el propósito de sumergirse en las aguas profundas de Cubagua para extraer de ellas las perlas preciosas por cuya ambición encontraría la muerte el hijo de Lope de Vaga.
“Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.”
El grave aprieto de destacar, la enrome relevancia política que en nuestros días, reviste el que se conmemore en la ciudad de México, el 212 aniversario de la declaración de independencia de Venezuela.