Victor de Regil
Sin duda, una evidencia clara, entre muchas, que dejarán las elecciones en Coahuila y el Estado de México, es que la oposición, que presume dará la “batalla” y hasta podría ganar la Presidencia en 2024, es un chiste. Y uno muy malo, porque no hay realmente ninguna posibilidad de que PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC) se presenten con posibilidades ante las urnas el próximo año. Es una alianza anémica y ya derrotada por anticipado.
El diagnóstico es demoledor por donde se le quiera ver. El PRI juega, en el país y también en Puebla, con y para el Movimiento Morena, de eso ya no cabe ni la menor duda. Por parte del PRD, simplemente no existe. Es un muerto al que nadie le ha dicho que está muerto. En el concierto electoral, el PAN resulta totalmente irrelevante: ni hace bien ni hace mal. Con un dirigente como Marko Cortés que parece más un payaso de circo pobre que un dirigente de partido que pudiera encabezar la oposición.
Y, en este desolador panorama, abiertamente el Movimiento Ciudadano, propiedad de Dante Delgado Rannauro, es cachirul del Presidente de la República. Ya ni siquiera encubierto. Se ha convertido en un evidente esquirol.
Para muestra, su campaña “Con el PRI ni a la esquina”, para incidir en las elecciones de Estado de México y Coahuila a fin de hacer el trabajo sucio a Morena.
En el Estado de México, MC de plano decidió no participar para dejar el terreno libre a la candidata morenista Delfina Gómez.
Pero como el régimen ve un tanto apretada la elección, entonces ha llamado a sus plomeros, que no son otros que los dirigentes del partido naranja.
En Coahuila, en tanto, se cocina un platillo aparte, pero los ingredientes parecen los mismos. En ese estado norteño lidera las encuestas el PRI. Podría quedarse con ese, como el único que estado que gobierne el que en otros tiempos fue un partido aplanadora, que se quedaba con absolutamente todo, como lo es ahora Morena.
Pero ahí pareciera que hubo un pacto. A eso huele el rompimiento al interuir del lopezobradorismo. En los tiempos de Carlos Salinas de Gortari se acuñó el término “concertacesión”. Así se ve.
El panorama es reflejo del nacional y, por supuesto, aterriza también en Puebla.
Los puntos que en nuestro estado pudiera sumar MC a una alianza opositora de PRI, PAN y PRD, la pondrían en condiciones competitivas, al menos. Pero no ocurrirá, pues le apostarán a ser comparsa de Morena.
Aquí el dirigente estatal de MC, Fernando Morales, ha repetido que irán solos. Eso favorece a Morena.
Aquí también el PRI es, de facto, aliado del partido lopezobradorista. Lo es en el terreno legislativo. En lo político también, con los pocos que quedan en el tricolor poblano. Se ha reafirmado con la avalancha de renuncias al PRI, para sumarse a los aspirantes de Morena a la gubernatura.
La desbandada ya no es amenaza. Está consumada.
También muchos panistas se han ido sumando a los equipos de los aspirantes locales del morenismo. Van por un hueso. Los ideales ya han quedado atrás y solo importan los intereses personales de quienes dirigen estos partidos. Se trata ya de partidos cupulares, solamente eos, ya no representan nada.
Su bandazo es de la extrema derecha, a la supuesta izquierda que dicen representar los de Morena.
Para PRI y PAN, con dirigencias diminutas sin ruta, discurso ni estrategia, aplica aquella analogía de los roedores que abandonan el barco en el momento del naufragio. Del hundimiento.
Esa es la “fuerza” que enfrentará al sistema en 2024.
¿Esta es la “oposición” que ganará la elección federal y estatal de 2024?