El volcán ha despertado y un dato esencial, para entender y atender, en su justa dimensión la actual actividad del volcán Popocatépetl y la contingencia que está ocasionando, es que no supera las que se han registrado en los últimos años.
Ante ello, el gobernador poblano Sergio Salomón Céspedes ha reiterado con insistencia una frase que resume lo que estamos viviendo: hay alerta, pero no hay alarma. Es la sexta vez desde el año 2000 que se pasa de amarillo fase 2 a amarillo fase 3.
Como sabemos, hace unos días el Comité Científico Asesor del volcán determinó el incremento en el nivel del Semáforo Volcánico. La información la proporcionó Laura Velázquez Alzúa, coordinadora nacional de Protección Civil Nacional, desde la Ciudad de México. No hay necesidad de evacuación, afortunadamente.
Aunque sí, en esencia, la ampliación del perímetro de seguridad de limitación de acceso al volcán.
También hay que mantener la guardia alta, respecto de la preparación de albergues y vehículos, en caso de que sí se requiera la evacuación, como ocurrió en 1994.
Pero lo cierto es que no es la primera vez que el coloso obliga a las autoridades a esta medida. Recientemente, en 2019, el semáforo también estuvo casi un mes en Alerta Fase 3, con similares repercusiones.
La población que supera los 30 años de edad, con seguridad recuerda que ya hemos vivido contingencias similares en 2001, 2013 y 2019. Quienes tenemos más edad recordamos que, en 1994, hubo necesidad de evacuar varias comunidades en las faldas del volcán, hacia las Cholulas y Atlixco.
La fase en que nos encontramos demanda solamente acciones preventivas por parte de las autoridades y la misma sociedad. De ahí que se haya determinado la suspensión de clases presenciales en 40 municipios, incluido Puebla capital.
Así lo definió la Secretaría de Educación Pública estatal, por instrucción del mandatario Sergio Salomón.
Por su parte, la BUAP, ha hecho lo propio, en lo que respecta a sus planteles de la capital y la zona conurbada.
Pero ¿Qué es lo que puede venir?
De acuerdo con el Comité Científico Asesor: Más explosiones leves y moderadas, que podrían lanzar fragmentos de materiales. Seguirá la lluvia de ceniza leve y moderada. Incluso, podría llegar a ciudades más lejanas de Puebla capital. Por todo ello, habrá riesgo para las actividades de aviación.
¿Por qué hay alerta, pero no alarma? De acuerdo con Coordinación Nacional de Protección Civil, el semáforo en amarillo fase 3 demanda medidas preventivas, como:
Acciones de salud para evitar afectaciones por caída de cenizas; alertar a los sistemas de navegación aérea; limitar el acceso al volcán, sobre una mayor extensión, entre otras más para evitar riesgos.
El gobierno del estado procedió ya a las acciones y otras. Ha habido desde el primer indicio de incremento de actividad, atención integral a las poblaciones más vulnerables que se encuentran cercanas al volcán.
Se ha dado mantenimiento a las 10 rutas y más de 50 caminos que son necesarios en caso de evacuación.
Ha permanecido el gobernador y su gabinete informando permanentemente a todos los poblanos y al país. Estamos con la guardia arriba, pero no debemos entrar en una preocupación sobredimensionada.
Quienes no han entendido la responsabilidad y la madurez que se requiere, son algunos políticos.
Más de uno ha querido sacar raja electoral a la contingencia.
Estemos alertas. Pero sin pánico artificial.
V
Aprender a vivir con el Popocatepetl
El volcán ha despertado y un dato esencial, para entender y atender, en su justa dimensión la actual actividad del volcán Popocatépetl y la contingencia que está ocasionando, es que no supera las que se han registrado en los últimos años.
Ante ello, el gobernador poblano Sergio Salomón Céspedes ha reiterado con insistencia una frase que resume lo que estamos viviendo: hay alerta, pero no hay alarma. Es la sexta vez desde el año 2000 que se pasa de amarillo fase 2 a amarillo fase 3.
Como sabemos, hace unos días el Comité Científico Asesor del volcán determinó el incremento en el nivel del Semáforo Volcánico. La información la proporcionó Laura Velázquez Alzúa, coordinadora nacional de Protección Civil Nacional, desde la Ciudad de México. No hay necesidad de evacuación, afortunadamente.
Aunque sí, en esencia, la ampliación del perímetro de seguridad de limitación de acceso al volcán.
También hay que mantener la guardia alta, respecto de la preparación de albergues y vehículos, en caso de que sí se requiera la evacuación, como ocurrió en 1994.
Pero lo cierto es que no es la primera vez que el coloso obliga a las autoridades a esta medida. Recientemente, en 2019, el semáforo también estuvo casi un mes en Alerta Fase 3, con similares repercusiones.
La población que supera los 30 años de edad, con seguridad recuerda que ya hemos vivido contingencias similares en 2001, 2013 y 2019. Quienes tenemos más edad recordamos que, en 1994, hubo necesidad de evacuar varias comunidades en las faldas del volcán, hacia las Cholulas y Atlixco.
La fase en que nos encontramos demanda solamente acciones preventivas por parte de las autoridades y la misma sociedadf. De ahí que se haya determinado la suspensión de clases presenciales en 40 municipios, incluido Puebla capital.
Así lo definió la Secretaría de Educación Pública estatal, por instrucción del mandatario Sergio Salomón.
Por su parte, la BUAP, ha hecho lo propio, en lo que respecta a sus planteles de la capital y la zona conurbada.
Pero ¿Qué es lo que puede venir?
De acuerdo con el Comité Científico Asesor: Más explosiones leves y moderadas, que podrían lanzar fragmentos de materiales. Seguirá la lluvia de ceniza leve y moderada. Incluso, podría llegar a ciudades más lejanas de Puebla capital. Por todo ello, habrá riesgo para las actividades de aviación.
¿Por qué hay alerta, pero no alarma? De acuerdo con Coordinación Nacional de Protección Civil, el semáforo en amarillo fase 3 demanda medidas preventivas, como:
Acciones de salud para evitar afectaciones por caída de cenizas; alertar a los sistemas de navegación aérea; limitar el acceso al volcán, sobre una mayor extensión, entre otras más para evitar riesgos.
El gobierno del estado procedió ya a las acciones y otras. Ha habido desde el primer indicio de incremento de actividad, atención integral a las poblaciones más vulnerables que se encuentran cercanas al volcán.
Se ha dado mantenimiento a las 10 rutas y más de 50 caminos que son necesarios en caso de evacuación.
Ha permanecido el gobernador y su gabinete informando permanentemente a todos los poblanos y al país. Estamos con la guardia arriba, pero no debemos entrar en una preocupación sobredimensionada.
Quienes no han entendido la responsabilidad y la madurez que se requiere, son algunos políticos.
Más de uno ha querido sacar raja electoral a la contingencia.
Estemos alertas. Pero sin pánico artificial.
Aprender a vivir con el Popocatepetl
El volcán ha despertado y un dato esencial, para entender y atender, en su justa dimensión la actual actividad del volcán Popocatépetl y la contingencia que está ocasionando, es que no supera las que se han registrado en los últimos años.
Ante ello, el gobernador poblano Sergio Salomón Céspedes ha reiterado con insistencia una frase que resume lo que estamos viviendo: hay alerta, pero no hay alarma. Es la sexta vez desde el año 2000 que se pasa de amarillo fase 2 a amarillo fase 3.
Como sabemos, hace unos días el Comité Científico Asesor del volcán determinó el incremento en el nivel del Semáforo Volcánico. La información la proporcionó Laura Velázquez Alzúa, coordinadora nacional de Protección Civil Nacional, desde la Ciudad de México. No hay necesidad de evacuación, afortunadamente.
Aunque sí, en esencia, la ampliación del perímetro de seguridad de limitación de acceso al volcán.
También hay que mantener la guardia alta, respecto de la preparación de albergues y vehículos, en caso de que sí se requiera la evacuación, como ocurrió en 1994.
Pero lo cierto es que no es la primera vez que el coloso obliga a las autoridades a esta medida. Recientemente, en 2019, el semáforo también estuvo casi un mes en Alerta Fase 3, con similares repercusiones.
La población que supera los 30 años de edad, con seguridad recuerda que ya hemos vivido contingencias similares en 2001, 2013 y 2019. Quienes tenemos más edad recordamos que, en 1994, hubo necesidad de evacuar varias comunidades en las faldas del volcán, hacia las Cholulas y Atlixco.
La fase en que nos encontramos demanda solamente acciones preventivas por parte de las autoridades y la misma sociedadf. De ahí que se haya determinado la suspensión de clases presenciales en 40 municipios, incluido Puebla capital.
Así lo definió la Secretaría de Educación Pública estatal, por instrucción del mandatario Sergio Salomón.
Por su parte, la BUAP, ha hecho lo propio, en lo que respecta a sus planteles de la capital y la zona conurbada.
Pero ¿Qué es lo que puede venir?
De acuerdo con el Comité Científico Asesor: Más explosiones leves y moderadas, que podrían lanzar fragmentos de materiales. Seguirá la lluvia de ceniza leve y moderada. Incluso, podría llegar a ciudades más lejanas de Puebla capital. Por todo ello, habrá riesgo para las actividades de aviación.
¿Por qué hay alerta, pero no alarma? De acuerdo con Coordinación Nacional de Protección Civil, el semáforo en amarillo fase 3 demanda medidas preventivas, como:
Acciones de salud para evitar afectaciones por caída de cenizas; alertar a los sistemas de navegación aérea; limitar el acceso al volcán, sobre una mayor extensión, entre otras más para evitar riesgos.
El gobierno del estado procedió ya a las acciones y otras. Ha habido desde el primer indicio de incremento de actividad, atención integral a las poblaciones más vulnerables que se encuentran cercanas al volcán.
Se ha dado mantenimiento a las 10 rutas y más de 50 caminos que son necesarios en caso de evacuación.
Ha permanecido el gobernador y su gabinete informando permanentemente a todos los poblanos y al país. Estamos con la guardia arriba, pero no debemos entrar en una preocupación sobredimensionada.
Quienes no han entendido la responsabilidad y la madurez que se requiere, son algunos políticos.
Más de uno ha querido sacar raja electoral a la contingencia.
Estemos alertas. Pero sin pánico artificial.