Por Mino D’Blanc
Alfredo Gatica da vida a Cuauhtémoc Vargas en la telenovela “Vencer el desamor”, nueva telenovela producida por la experimentada Rosy Orozco para Televisa, protagonizada por
Claudia Álvarez, Daniela Romo, Julia Urbini, Valentina Buzzurro, David Zepeda, Juan Diego Covarrubias y Emmanuel Palomares. Comenzará transmisiones el próximo lunes 12 de octubre.
Cuauhtémoc Vargas «Cuau». es un galán musculoso, seductor. Oriundo de San Ixplán, recién llegado de los Estados Unidos, de donde se hizo de recursos. Es el típico macho de ideas tradicionales. Conoce a Gemma y se porta encantador con ella, pero muy pronto le muestra su verdadero rostro.
Platicamos con Alfredo Gatica, gracias a las finas atenciones de las licenciadas Gaby Espinoza y Denisse Cabrera, de Televisa.
MD’B: ¿Se puede “Vencer el desamor” cuando el amor es la forma más pura del amor?
AG: Sí se puede vencer. El amor es lo que mueve para bien al mundo y el desamor sería su opuesto. La luz y la oscuridad.
MD’B: Tu personaje tiene mucho que ver con la forma de vida de hombres; está dando mucho dentro del machismo y lo sobre protectores que son muchos hombres. ¿Qué le falta vencer a Cuauhtémoc para ser libre?
AG: Tiene muchos obstáculos. A mí no me gusta decir que es un villano como mucha gente podría catalogarlo, pero me parece que es un tipo con pocas herramientas, con una vida que sus referentes, su manera de hablar y de reaccionar lo han llevado a eso, a sus decisiones y eso no lo hacen una persona mala o una persona villana, sino un ser humano no tan completo, no tan trabajado emocionalmente, no tan trabajado en sus impulsos, entonces Cuauhtémoc Vargas es un tipo que lo que tiene que vencer, lo que tienen que trabajar es en el amor propio, la confianza, en el desapego, en el no tener una propiedad privada, un sentido de pertenencia de nada. Como quiere tener todo a su alcance, quiere tener todo en su poder, justamente eso lo hace accionar como acciona junto con Gema.
MD’B: ¿En qué momento llega de tu vida?
AG: Llega en un momento de una pandemia, con falta laboral. Llega un punto en que he estado muy en contacto con mi conciencia, con mis decisiones, con mis hábitos. He leído mucho acerca de los hábitos de cómo se conforman, he leído mucho de filosofía, de pensamiento crítico, entonces llega en un punto muy consciente de mi ser artístico, de mi discurso como actor, como artista, y entonces creo que llega mucho más sólido mi entendimiento del ensayo, de la preparación, del estudio previo al entrar al set, de mi energía en el camerino, entonces mi conciencia está en ese lado laboral, entonces llega en un momento muy pleno como actor y como artista para entrar a la ficción.
MD’B: ¿Qué le aprendes a tu personaje?
AG: He aprendido mucho justo de historias que no tengo de referentes por vivir en la ciudad, en ver lo que puede suceder en una comunidad o en un pueblo donde la falta de información, no de educación porque la educación no está peleada con la información, y de hábitos y de vida donde la violencia familiar y la falta de recursos te llevan a poder vender a tu hija o a aceptar dinero por tu hija. Más allá de lo que pueda hacer Cuauhtémoc es eso, son los conceptos de vida que de pronto los tenemos muy lejanos por estar en las ciudades, por estar en una burbuja. Entonces tener de referente una historia, una ficción que contar, que sea tan apegada a una realidad ajena a la mía, me vuelve un ser más sensible, un actor mucho más comprometido y con una responsabilidad mayor para que esta ficción que estoy contando logre ser tan poderosa como lo puede ser una realidad y que esa ficción pueda ayudar a la gente a mejorar sus decisiones; no a cambiar su vida, porque no puedes cambiar la vida de alguien, pero sí a que vea un referente y que la toma de decisiones en el momento presente en el que tenga que tomar esa decisión, lo haga.
MD’B: ¿En qué se parece Cuauhtémoc Vargas a ti?
AG: De alguna manera en lo arrebatado que puedo ser a veces al hablar con mis amigos. No puedo decir que soy un tipo agresivo, no es un tipo sea misógino, sé que no; es un tipo muy fresco, muy campechano con la vida, muy ligero, pero como no tiene herramientas y como su capacidad emocional y su capacidad de enfrentar los problemas, la frustración, es otra a la mía, por eso reacciona de esa manera, pero es un tipo luchón, que trabaja, que viene del extranjero de estar de migrante trabajando, trae lana. Entonces me parezco a él en eso de seguir trabajando y de seguir encontrando por lo menos como Alfredo Gatica formas para expresar, no paro; Cuauhtémoc también no para, no se está quieto, entonces en eso nos podemos parecer en las características emocionales.
MD’B: ¿En cuántos capítulos participa tu personaje?
AG: En 30 capítulos de los 90 que son.
MD’B: ¿Por qué el público tiene que ver “Vencer el desamor”?
AG: Porque además de que hay un elenco y con todo compromiso y convicción lo digo, bien, bien fuerte, que cuenta una historia que puede trascendental y que pone en el foco historias de la vida cotidiana. Porque siempre el amor y el desamor nos puede llevar a reflexiones de la vida, entonces la gente después de ver un capítulo, después de ver una historia que se engancha con ella, que lo invite a que es una historia para reflexionar en su vida. A eso es a lo que le apostamos cada vez que contamos una ficción, a que la gente después de ver una telenovela, una obra de teatro, se vaya con una reflexión y contenta. Por eso los invito a ver “Vencer el desamor”, porque aparte se van a divertir, a distraer con historias reales.