- El Día Internacional contra el ‘Bullying’ o el Acoso Escolar se conmemora el 2 de mayo
- En México, un 70% de infantes y adolescentes han sido afectados por esta problemática, explica la Mtra. Sofía Delgado Ramírez
Por: Mtra. Sofía Delgado Remírez
El 2 de mayo se conmemora a nivel mundial el Día Internacional contra el Bullying o el Acoso Escolar. Dicha fecha fue establecida por diversas asociaciones de familias y diferentes organizaciones no gubernamentales con la intención de sensibilizar sobre el riesgo del acoso escolar y el bullying en la infancia y la juventud.
De acuerdo con la Unesco, la violencia en las escuelas actualmente es una realidad que afecta a niños, niñas y adolescentes. Uno de cada tres estudiantes de entre 13 y 15 afirman que han sufrido actos de acoso escolar. La organización Bullying sin Fronteras elaboró en 2022 un mapa en el que se afirma que México tiene el primer lugar, con un 70% de casos entre sus infantes y adolescentes.
El término bullying fue acuñado por un psicólogo noruego llamado Dan Olweus para definir una forma específica de maltrato entre pares. Se considera bullying o acoso escolar a cualquier acto de violencia que ejerce un estudiante o un grupo de estudiantes sobre otro u otros estudiantes dentro del contexto escolar.
Existen diferentes formas de bullying o acoso escolar; las agresiones se pueden calificar de la siguiente manera:
- Físicas: la persona que acosa golpea, empuja o patea a alguien más, puede arrebatar, aventar, romper o esconder las pertenencias de algún par.
- Verbales: quien acosa suele poner apodos, burlarse, hacer bromas pesadas, criticar, provocar o amenazar a otras personas.
- Sociales: incluyen la exclusión, el aislamiento, la humillación o el inventar rumores acerca de otras personas.
- Sexuales: tienen que ver con molestar, tocar sin consentimiento o hacer burlas sobre el cuerpo, la intimidad o la orientación sexual de alguien más.
Actualmente también se tipifica el ciberacoso como un tipo de agresión entre personas que comparten entornos educativos a través de medios tecnológicos (mensajes, llamadas, envío de fotos con intención de amenazar, correos electrónicos que violentan, acoso a través de chats y/o redes sociales entre otros).
Para determinar que una persona está ejerciendo bullying o acoso escolar es necesario que se presenten las siguientes características: abuso de poder que incluye comportamientos agresivos como los mencionados anteriormente por parte de un estudiante o grupos de estudiantes de manera intencional con el propósito de someter a otros y otras compañeras en condiciones de desventaja y la repetición o sistematicidad con actitudes persistentes que tienen el propósito de vulnerar las condiciones físicas o emocionales de alguien más al violar las pautas de conducta y valores establecidos por la escuela.
El bullying o acoso escolar tiene efectos negativos en la salud física y emocional de quienes los sufren, también se ha observado que las víctimas de estas violencias pueden ver afectado su rendimiento académico, especialmente si se trata de casos severos. Además de las consecuencias individuales, a nivel social estas conductas afectan el ambiente de los colegios.
Los contextos escolares deberían de ser espacios seguros para las infancias y las y los jóvenes, por lo que es necesario generar estrategias de prevención que puedan atender esta problemática. A nivel familiar, se sugiere ser observadores y aprender a identificar las conductas antes descritas y promover con el niño, niña o joven una comunicación abierta que permita que esto se detenga; de igual forma se recomienda la intervención de especialistas que puedan acompañar a la persona víctima de bullying. En términos sociales, es importante fomentar el respeto hacia las diferencias, la compasión y la autorregulación emocional.