Del «haiga sido como haiga sido » al «No nos van a detener»

José Antonio López Sosa
 

Así da de vueltas la vida, en aquel lejano 2006 un empoderado Felipe Calderón celebraba con hilaridad, que el Tribunal Electoral lo nombrara triunfador de una controvertida e incierta elección, «haiga sido como haiga sido» le dijo a Denisse Maerker en el programa que conducía en Televisa.

Ahora, en 2020, aquel árbitro electoral que Calderón ponía como ejemplo de la democracia, perdió su estima y con la frase «no nos van a detener» amenaza con impugnar al negativa de registrar a «México Libre» como un partido político, el grupo del cuál él y su esposa son dueños.

No entiendo de fondo el sentido de la detención al que hace referencia el ex presidente, ¿quién y para qué lo quisieran detener en lo particular a él?, ya fue presidente de la república y nadie lo detuvo, ejerció 6 años y estamos ahora en el juicio de la historia en México y, en el juicio por narcotráfico en los Estados Unidos contra su ex secretario de seguridad pública Genaro García Luna. ¿En qué o por qué querría detener a Felipe Calderón para hacer qué en este 2020?

Quizás 6 años de poder no le fueron suficientes, quizás el haber desmantelado a su partido (Acción Nacional) y luego haber recibido el desprecio de la militancia con negarle la candidatura presidencial a su esposa lo mantienen en una lucha incierta por mantenerse en la política y viviendo del erario, de otro modo no se entiende la necedad de tener un partido político.

¿No sería más ético y responsable que el propio Calderón y su señora, coadyuvaran con el partido establecido al que pertenecieron en lugar de pretender hacer otro más y dividir a la débil oposición en este país?, es una simple idea.

El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Felipe Calderón es preso y víctima de sus propios demonios, de sus propias y desmedidas ambiciones y de no aceptar, el desastre en el que sumió al país durante su administración.

Esto no ha terminado, el matrimonio Calderón-Zavala acudirán al Tribunal Electoral, seguirán incesantes en la firme necedad de crear un partido para mantener una vigencia política y un recurso económico grande, dependiente del erario.