Gabriel Sánchez Andraca
Ayer le comentamos en este espacio, el inicio de la tradicional feria de Corpus en Tecomatlán, que organiza, costea y realiza el Movimiento Antorchista, una organización política cuya estructura y disciplina, ya la quisieran los partidos políticos existentes en el país. El secreto de su éxito está en su disciplina interna y en su independencia económica.
Todos los partidos políticos reciben subsidios millonarios de los gobiernos federal y estatal. Antorcha no. Cuando los gobiernos apoyaban a esta organización para realizar obras de beneficio colectivo, hacían rendir el dinero que recibían e invertían el sobrante en medianos negocios restauranteros, gasolineras, distribuidoras de gas y otros como venta de materiales de construcción con precios bajos o de artículos de primera necesidad, también con precios rebajados.
Con el tiempo esos negocios prosperaron y ahora les permiten cubrir los gastos que el Movimiento Antorchista requiere y no tiene necesidad de andar mendigando apoyos de nadie, ni del gobierno, ni de empresas privadas o del crimen organizado.
NOS CUENTA UN EX CENECISTA, LA ORGANIZACIÓN campesina del PRI, que en los tiempos de Luis Echeverría, se le propuso una cosa parecida para el sostenimiento de la CNC y el presidente aceptó.
Al poco tiempo de que se puso en marcha ese proyecto, se dieron cuenta en el gobierno de algo que les resultaba altamente peligroso: El movimiento campesino priista, podría llegar a tener una fortaleza económica que lo haría independiente y el gobierno perdería el control de su sector más importante en cuanto a votos se refiere. Eso sería fatal para el sistema basado en sus sectores campesino, obrero y popular.
Ahora lo estamos viendo: el sector campesino y el sector popular, han abandonado al priismo en forma casi total y el sector obrero en su mayor parte ha abandonado al PRI, excepción de la CTM que condiciona su apoyo a los candidatos que ese partido propone para los diversos cargos de elección popular.
El Partido Revolucionario Institucional pues, sufrió un desplome económico y político en el 2018, lo mismo que el PAN, aunque este partido nunca ha sido electoralmente fuerte y económicamente siempre ha contado con el apoyo de algunas empresas o empresarios de la derecha.
Antes de que se aprobara dar subsidios a los partidos políticos del país, que elegantemente se le puso el nombre de “participaciones”, el PAN se negaba a recibirlos. Pero con la llegada en masa de los empresarios conservadores, después de la nacionalización de la Banca, se convenció a la dirigencia panista de aceptarlos y ahora los exige.
En varios países de Europa Occidental, a la que muchos toman de ejemplo de civilización y avance democrático, se hace lo que aquí solo lleva a cabo la Organización Antorchista: tienen sus propios negocios, sus medios de comunicación, sus editoriales, etc., de donde obtienen los recursos para ser realmente independientes. En sus inicios, el PAN de Gómez Morín, tuvo una extraordinaria revista semanaria que se llamaba “La Nación” que fue dirigida por Carlos Septién García, cuyo nombre se puso a la primera escuela de periodismo que hubo en México, ahora con calidad universitaria, fundada por la Acción Católica Mexicana, sin reconocimiento oficial en sus inicios.
Y tuvo también una editorial que producía libros de gran calidad, cuyos autores eran conservadores, abogados prestigiosos, escritores católicos, muchos de ellos catedráticos de universidades: fue la editorial JUS, que todavía existe aunque ya no tiene ni el prestigio, ni la importancia que tuvo en sus inicios, bajo la dirección de don Salvador Abascal Infante, que fue dirigente nacional del Movimiento Nacional Sinarquista, una organización ultraderechista, que tuvo sus orígenes y su mayor presencia en los estados del Bajío; Guanajuato, Jalisco, gran parte de Michoacán, Aguascalientes, Querétaro y Zacatecas, y que ahora están entre las entidades con mayor índice de inseguridad y violencia, salvo excepciones. Esos estados han tenido y algunos todavía tienen, gobiernos panistas.
Bueno pues ese es el secreto de Antorcha, que ayer en Tecomatlán, recibió la visita un grupo de 200 elementos de la Guelaguetza oaxaqueña, que en la plaza de toros del lugar, llamada “La Antorcha”, ofrecieron un espectáculo de danzas regionales que fue muy aplaudido por miles de asistentes.
TODO PARECE INDICAR QUE EL PARTIDO MORENA, tiene ya tres precandidatos a la gubernatura, de donde la militancia tendrá que escoger al que luchará por llegar al poder en Puebla.
Los aspirantes son: Ignacio Mier Velazco, Alejandro Armenta Mier y Julio Miguel Huerta Gómez.
Los tres son poblanos nacidos y hechos profesional y políticamente en Puebla.
Son dos, Ignacio Mier y Alejandro Armenta, los que tienen una trayectoria política más interesante y nutrida: ambos han sido diputados federales, han ocupado cargos públicos dentro del gobierno estatal. Armenta fue presidente municipal del municipio que lo vio nacer e Ignacio Mier fue secretario general del ayuntamiento de Puebla-capital, cuando la presidencia municipal la ejercía el ex rector de la BUAP, Enrique Doger.
Ambos fueron dirigentes estatales del Partido Revolucionario Institucional y lo hicieron bastante bien y a los dos les tocaron momentos difíciles y salieron adelante.
El caso de Huerta Gómez, ha sido diferente: es poco conocido en la entidad, su carrera política realmente la inicia en el gobierno de Luis Miguel Barbosa, como subsecretario de Gobierno y hoy ocupa la titularidad de la dependencia.
Quienes lo conocen afirman que es un político dedicado a su trabajo, honesto y con mucho interés por servir a Puebla.
Ojalá y a los morenistas no les de por caer en la guerra sucia, traída por el PAN durante la campaña de Vicente Fox, que tanto ha dañado a la política mexicana y a la sociedad en general, pues esas guerras sucias, están basadas en chismes, en rumores no confirmados o basados en verdades que se exageran con el único fin de desprestigiar al contrincante, en fin….Con ella se logra envenenar a los ciudadanos y acorrientar la actividad política.