Victor de Regil
Los tiempos para tomar decisiones están cerca de llegar. Y es que, aquellos que repiten constantemente que los tiempos de las definiciones para Morena “están todavía muy lejos”, deberán definir primero ese “lejos”.
Es sabido que la convocatoria oficial del partido lopezobradorista para la candidatura a la Presidencia de la República será publicada en julio; es decir, son apenas unos meses para que se desborde la de por sí ansiosa efervescencia de las llamadas corcholatas y, con ésta, vendrá también un efecto dominó de intensidad para los aspirantes a las gubernaturas y a los cargos legislativos. Luego entonces, ese “lejos” ya no lo es tanto.
Para muchos pasó inadvertido el anuncio que hizo el 31 de enero el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) morenista, Mario Delgado.
En la plenaria de los senadores de Morena soltó la fecha. “Después de las elecciones de Coahuila y del Estado de México, ya nos meteremos al tema presidencial. Habrá reglas que vamos a establecer… por ejemplo, que podamos tener debates, que podamos tener también un grupo de representantes de cada uno de los perfiles para ir ya viendo lo detalles de cómo va a ser la convocatoria en julio del 23”, dijo ante los senadores.
Con el llamado formal a que los aspirantes se inscriban en el proceso, vendrá el fraccionamiento de las fuerzas en Morena.
Sin duda, eso incidirá en Puebla y en las otras nueve entidades que elegirán gubernatura en 2024, en concurrencia con el Proceso Electoral Federal.
Será difícil que los aspirantes locales no se decanten por una corcholata presidencial, como les bautizó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Deberán tomar partido abiertamente los aspirantes a jefe o jefa del Ejecutivo en la Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, donde habrá elecciones en 2024.
En esa primera decisión, la que tiene que ver con qué aspirante presidencial apoyarán, se juegan mucho los y las interesados en gobernar esos estados.
En Puebla no hay claridad todavía.
Sin embargo, la lógica indica que los aspirantes del grupo barbosista estarán con Claudia Sheinbaum, al igual que el gobernador del Estado.
Así lo han demostrado Julio Huerta, secretario de Gobernación de Puebla; Olivia Salomón, titular de Economía en el estado; José Antonio Martínez, secretario de Salud estatal, y alguien más que pueda sumarse.
Aunque tras la muerte del gobernador Miguel Barbosa Huerta no ha habido pronunciamientos, hay señales de que las corcholatas poblanas revivirán y crecerán en número conforme se acerquen los tiempos.
En tanto, el presidente del Senado de la República, Alejandro Armenta, se supone que deberá estar con su mentor, Ricardo Monreal, si es que éste se mantiene en Morena y no busca refugio en algún otro partido político.
El diputado federal Ignacio Mier Velazco le ha apostado todas sus canicas a Adán Augusto López Hernández, el titular de Gobernación federal.
Aunque hay que advertir que el coordinados de Morena en San Lázaro también ha coqueteado con Marcelo Ebrard.
Por cierto, el canciller llamó a los aspirantes a reunirse para “convenir reglas claras”.
La ruta en Puebla a Casa Aguayo en 2024 comienza con esta definición de cada aspirante y grupo.
Ahí empiezan sus aciertos o sus fracasos.
Esos deberán llegar en verano. Julio no queda tan lejos.
Por ahora, tanto Armenta como Nacho aceleran el paso para seguir creciendo en las encuestas pues, se supone, que será ese método el que designe a quien se quede con la candidatura, aunque no podemos descartar que el “dedo” del inquilino de Palacio Nacional, sea el que tome la última palabra.