Gabriel Sánchez Andraca
Ante la entrega del PRI al PAN, al acordar que el partido conservador Acción Nacional, tenga facultades para decidir la candidatura presidencial de la alianza PRI, PAN, PRD, la senadora priista Beatriz Paredes, propone que haya elecciones primarias y que sea la ciudadanía afiliada a los tres partidos e incluso ciudadanos independientes, es decir sin afiliación partidista, quienes decidan quién debe ser el candidato a la Presidencia.
Todos los priistas que siguen afiliados al tricolor, seguramente están de acuerdo con la senadora que fue dirigente nacional de su partido, pues el PAN carece de una figura medianamente aceptable para ocupar la candidatura.
Beatriz en cambio, tiene fama de buena política entre la ciudadanía desde que incursionó como gobernadora, una de las primeras mujeres en ocupar un puesto de esa magnitud; como oradora, como dirigente nacional de su partido, como diputada federal y como embajadora en Brasil y ahora como senadora de oposición.
Hay la convicción, entre los priistas, de que si bien no hay condiciones para ganar la elección presidencial, Beatriz realizaría un muy buen papel, pues reanimaría a los viejos priistas a salir de sus escondites, propiciaría la reorganización del PRI a fin de que en un tiempo más o menos corto, se colocara como segunda fuerza política del país, lo cual no solo sería justo, sino necesario, como dicen en la iglesia.
LOS GRITOS Y ASPAVIENTOS DE “Alito”, NO SIRVEN para nada. Se requiere de una oratoria como la de la ex dirigente priista, para recordarle al pueblo lo que el Partido surgido de la Revolución Mexicana, significó para el país antes de la llegada del neoliberalismo.
Fue el que entregó la tierra a los campesinos, creador de la Secretaría de Educación, el que propició la expedición de la Ley Federal del Trabajo que estableció la jornada laboral de 8 horas, el Instituto del Seguro Social, el ISSSTE, el INFONAVIT; fue el que expropió el petróleo, el que electrificó a gran parte de México a través de la CFE; el que propició el surgimiento de una clase media fuerte, en una palabra, fue el creador del México moderno.
Su propuesta de elecciones primarias en la absurda alianza que conformaron los partidos opositores, es la mejor forma de resolver democráticamente la candidatura a la presidencia.
EMPIEZA EN NUEVA YORK, EL JUICIO CONTRA Genaro García Luna, quien fue el titular de la secretaría de Seguridad de México, en el gobierno del panista Felipe Calderón y que resultó ser cómplice del Chapo Guzmán, el jefe del cártel de narcotraficantes, más poderoso de este país.
El llamado cártel de Sinaloa, fue protegido desde la Secretaría de Seguridad y eso provocó una guerra interna que todavía estamos padeciendo y que es el inicio de la etapa de inseguridad y criminalidad más larga que el país ha padecido.
A lo largo de este juicio, muchas cosas habrán de saberse y los panistas que siempre se han creído especiales en la política mexicana, serán exhibidos ante la opinión pública tal como son y no como quieren que se crea que son.