Jesús Alberto Cervantes Villegas (Veracruz, México. 1980)
Es Licenciado en Educación Primaria (CESER) y Lic. en Pedagogía con especialidad en Español (Universidad del Golfo), ha tomado diversos cursos, talleres y diplomados de actualización docente de forma presencial y en línea en diversas instituciones como el Tecnológico de Monterrey, INEE, Instituto Consorcio Clavijero, UNAM, Universidad de Cambridge, Universidad Pedagógica Veracruzana, ILCE, ICATVER. Está interesado desde hace varios años en la capacitación docente como estrategia de mejora. Ha escrito y publicado algunos cuentos cortos infantiles y artículos docentes. Actualmente es director de educación primaria en la zona estatal 059 y profesor de grupo en la zona 075 federal, en la ciudad y puerto de Veracruz.
Dedicado para el mejor cuenta-cuentos que ha dado México (Eduardo Robles el Tío Patota), personaje destacado que me enseñó a mirar de forma extraordinaria la vida
-Jesús Alberto
Son diez gatos
¡Ya no puedo más vivir aquí! -dijo el perro Pituco, tomando sus maletas, dirigiéndose a la puerta de la casa en donde vivió por casi cinco años- el motivo es el siguiente: la casa se llenó de gatos desde hace menos de un año y vivir ahí es un tormento a diario. Pituco llevaba una vida tan tranquila y metódica, siendo el preferido de sus amos, consintiéndole con huesos y croquetas, pero ahora sus nervios están demasiados alterados, debido a los ronroneos y maullidos de ellos, especialmente por las noches que no lo dejan dormir.
Son diez gatos en total en este hogar: el primero se llama don Bigotes un gato amarillo y bonachón quien durante el día duerme arriba de los muebles dejándolos con pelos, al llegar cada noche se va a pasear arriba de las azoteas; Cariñoso, es el favorito del dueño, ha ganado varios puntos a favor al estar siempre encima de sus piernas, saliendo todas las noches a divertirse a otras vecindades; Napolitano, un gato seductor, hábil en visitar diariamente varios balcones de sus quereres; el Negro es un gato que lleva la mayoría de sus combates ganados, pocos ha perdido y esto le ha forjado un carácter agresivo, sus primos gatunos no suelen acercarse a él.
Canelita y Soñadora son las nuevas integrantes de la familia, desde hace unos meses se han ido ajustando a la rutina diaria, están en crecimiento y duermen a todas horas en distintas partes de la casa; las mamás de estos gatos: Colorada, Pintita y Mordelona deambulan por el hogar buscando siempre restos de comida, aprovechando el menor descuido de la familia Cervantes para morder y robarse las piezas de pollo y carne en los platos. ¡Es una locura este hogar! -mencionó el perro Pituco estresado-.
Son diez gatos, toda una orquesta sinfónica que maúllan en diferentes tonos ¡pobres vecinos no pueden dormir!, son diez gatos que son dueños de los muebles de la casa, ¡es imposible sentarse! son diez gatos, una pequeña pandilla de ágiles felinos, los mejores acróbatas del rumbo ¡no existen otros animales igual! son diez gatos que comen lo de cinco perros ¡un gran costo para la familia! son diez gatos que exigen cariño y cuidados particulares ¡no puedo querer a todos al mismo tiempo! son diez gatos al acecho de las palomas ¡un ejército bien entrenado para atacar! Son diez gatos…
¡Estar aquí es imposible! son diez gatos y pronto serán más -señaló el perro Pituco al cerrar la puerta del hogar que lo cobijó por algunos años-.