- Se requiere una empatía genuina con las víctimas para construir esperanza, dice el Doctor Luis Arriaga, Rector de nuestra IBERO CDMX
- El Maestro Mario Patrón, Rector de IBERO Puebla, llama al fortalecimiento de instituciones encargadas de justicia, de generar procesos de verdad y de reparación del daño
La espiral de violencia que asola al país se ha alimentado en los últimos lustros no solamente del crimen organizado, sino también de la respuesta infructuosa enfocada principalmente en políticas de seguridad de mano dura, lo cual ha llevado a la normalización de la violencia y al debilitamiento estructural de las instituciones gubernamentales.
En ello coincidieron Rectores del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) durante la mesa De la violencia a la construcción de la paz, llevada a cabo el viernes reciente en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
La Doctora Catalina Morfín López, Directora General Académica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), advirtió que estamos “no solamente frente a un Estado fallido, sino frente a un Estado que ha claudicado de sus responsabilidades”.
Ante este panorama, consideró que la Universidad no solo debe ayudar a conocer el problema, sino a ofrecer soluciones que vayan más allá del señalamiento de los culpables para edificar propuestas eficaces. Así, la vinculación universitaria es el lugar privilegiado para brindar a la sociedad un espacio de reconciliación.
A este respecto, el ITESO fomenta diversas acciones en torno a la regeneración social del espacio público, como los proyectos comunitarios de economía solidaria y restauraciones ecológicas junto con las comunidades que las padecen.
El Doctor Luis Arriaga Valenzuela, S. J., Rector de nuestra Universidad Iberoamericana Ciudad de México, señaló que “la crisis de violencia y violaciones a derechos humanos es una realidad del presente, no una herencia del pasado”.
Muestra de ello es que las administraciones de 2006-2012 y 2012-2018 mantuvieron la misma aproximación hacia este fenómeno: militarización, desatención a la justicia, y escasa inversión en prevención. La alternativa política que llegó al poder en 2018, lamentó, no ha cumplido la promesa de empezar a revertir esta situación.
Ante el peligro de la normalización de la violencia, aseguró que el mejor antídoto es hacer presentes siempre a quienes la padecen, que suelen ser las personas más empobrecidas. “Sólo desde una genuina empatía con las víctimas puede construirse la esperanza”.
De cara al proceso electoral que iniciará en 2024, el también Presidente de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) instó a generar interlocución con quienes aspiren a gobernar, y ponderar quiénes y cómo se distancian del discurso predominante de estos años, según el cual no hay más ruta que la militarización.
El Maestro Mario Patrón Sánchez, Rector de la IBERO Puebla, indicó que “hay parcelas en donde la institucionalidad del Estado es inexistente, se ha socavado o está vinculada con el crimen organizado”. Gobiernos con diversos sellos políticos han implementado una estrategia muy parecida, basada no en el fortalecimiento de las instituciones civiles sino en su sustitución vía las Fuerzas Armadas, pero eso no ha dado resultados.
No es que el combate “a pie de tierra” no sea necesario, puntualizó, pero no es suficiente. Y a continuación delineó lo que sería una política integral de pacificación: un proceso de fortalecimiento sostenido de aquellas instituciones que tienen el encargo de velar por la justicia, de generar procesos de verdad y de reparación del daño, así como de los órganos de atención a las víctimas.
El Maestro Luis Alfonso González Valencia, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana León, denunció la aparición cada vez más marcada de tareas civiles que ahora están en manos de las Fuerzas Armadas.
Texto: Yazmín Mendoza
Fotos: Roberto Ornelas / ITESO