* A través de su resolución 015, la Academia Colombiana de Historia, Literatura y Arte ingresó al escritor y educador tehuacanense Abel Pérez Rojas como miembro.
* Se trata del primer creativo extranjero a quien se le concede el honor y la responsabilidad de ser parte de la institución.
En un escenario rodeado de miles de libros la mesa directiva de la Academia Colombiana de Historia, Literatura y Arte nombró al escritor, educador y comunicador Abel Pérez Rojas como su socio honorario.
La ceremonia se efectuó el pasado 8 de noviembre en la Biblioteca Pública Municipal Ramón Correa Mejía de la ciudad de Pereira, Risaralda, Colombia.
La maestra Amelia Restrepo Hincapié, presidenta de la Academia leyó una síntesis curricular del mexicano, en la cual se resaltó su labor comunicativa con orientación formativa y social, así como algunos de sus logros, ponderó el doctorado honoris causa concedido recientemente por el Sistema Universidad Mesoamericana.
Acto seguido, se dio lectura a la resolución que contiene la distinción y responsabilidad.
Restrepo Hincapié en su discurso resaltó la labor que se hace al menos semanalmente desde México, por la cual, a través de una producción local, se da voz a escritores, artistas y académicos colombianos para que difundan su obra, sus investigaciones y den a conocer el talento de su país al mundo.
La autora de diversos poemarios e investigaciones también agregó que este tipo de acciones establecen puentes con cimientos en la cultura de paz que provocan el hermanamiento entre pueblos y el diálogo intergeneracional.
Al concluir su mensaje, acompañada del maestro John Jairo Carvajal Bernal, vicepresidente de la Academia, entregaron la resolución de nombramiento y le impusieron el botón distintivo respectivo.
En un emotivo discurso, Pérez Rojas agradeció la deferencia y resaltó la responsabilidad que implica la confianza conferida, también habló de los lazos culturales comunes entre el pueblo colombiano y mexicano; dijo que, «tenemos que aprender mucho unos de otros, porque frecuentemente la cotidianidad nos ciega de la oportunidad de desarrollo a pesar de que son tantas nuestras áreas de oportunidad».
La ceremonia concluyó con una lectura poética de gala.