Sheinbaum y Barbosa, la alianza

Victor de Regil

 

La jefa de gobierno de la Ciudad de México tuvo un gran evento en Puebla. Y es que, junto con el número de asistentes, muy por encima de 15 mil; aunado a la facilidad con que se organizó el acto y, en paralelo, a las expresiones inequívocas de buena relación entre Sheinbaum y el gobernador Miguel Barbosa, el acto masivo desarrollado en días pasados, en apoyo a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, manda el mensaje de que las fuerzas morenistas de Puebla están con ella, y que, en reciprocidad a este respaldo, ella respetará la libertad local para su propia definición hacia 2024.

Ninguna otra plaza de la República se había rendido con tal claridad en suma a quien se ve como la favorita de Palacio Nacional.

Esa contundencia perfila que la definición ya está tomada en Morena-Puebla y en las filas del barbosismo.

Ya no importa mucho si fueron 15 mil o 20 mil los convocados a la zona de Los Fuertes, como reportan algunos medios de comunicación. El tema es la unidad de las bases y los operadores en tierra en torno a Claudia.

Ni las experiencias de Monterrey y Guadalajara, dos de las ciudades más grandes del país, se acercaron siquiera pálidamente a la convocatoria que se realizó en la capital poblana.

Entre las señales más importantes que deja el sábado, tras la visita de Claudia Sheinbaum, están:

Por supuesto, la indiscutible hegemonía del barbosismo con capacidad total de operación, de movilización y de negociación.

Ha quedado muy claro que quien aspire a alguna posición en 2024 requiere de la venia de Casa Aguayo. Del respaldo del verdadero Movimiento Regeneración Nacional (Morena) poblano.

Otro punto muy importante es la exhibición de los simuladores. Aquellos que se sentían con una representación oficial de la doctora, quedaron en ridículo. Los Méndez, Los Mier, las Vivanco, esos grupos que se sentían embajadores y embajadoras de Sheinbaum, ni siquiera aparecieron.

La jefa de Gobierno, ahora queda al desnudo, ni siquiera los conoce.

Tampoco son importantes para los verdaderos representantes y operadores de la presidenciable en territorio poblano.

Ya que hablamos de operadores, sin duda quedó claro quién es su único y mejor impulsor y sostén.

Se llama a Miguel Barbosa. Es el gobernador.

Los simuladores ese mismo día anduvieron encabezando reuniones tan pobres, como de 30 personas.

En tanto, Claudia arrasóy con ella el barbosismo.

Hubo otros elementos y protagonistas.

La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) realizó la invitación formal, para que se ofreciera la conferencia magistral sobre los programas exitosos del Gobierno de la CdMx.

El perfil de científica de Sheinbaum, quien agradeció a la rectora Lilia Cedillo, lo justifica. Lo demás fue tarea de los barbosistas y de Morena.

También aquellos y aquella que son considerados como opciones para la sucesión estatal, mostraron unidad y firmeza, en torno a su visita.

Ahí estuvieron, pegados a Sheinbaum, Olivia Salomón, Sergio Salomón y el Dr. José Antonio Martínez García.

La bancada de Morena en el Congreso local hizo lo suyo. Le expresó su apoyo. También ocurrió con los integrantes del Partido del Trabajo.

Los ausentes, pero poco importantes, fueron los del Partido Verde Ecologista de México.

Porque el partido del tucán, lo sabemos, es casi patrimonio del canciller Marcelo Ebrard Casaubón.

En su conferencia, por cierto, Claudia Sheinbaum se refirió siempre al presidente Andrés Manuel López Obrador.

También en las entrevistas que ofreció a seis medios de comunicación en un privado del Centro Expositor de Los Fuertes.

Y lo mismo en la comida con empresarios poblanos en el Libanés.

En él basa ella su oferta de afianzar la Cuarta Transformación.

Ahí radica su fortaleza.

Hoy lo podemos decir, en las bases poblanas que le expresaron su respaldo, está su solidez en el estado.

En el respaldo del barbosismo está la garantía de que Puebla no hay nadie más, para el proyecto 2024 a la Presidencia.

Ya lo sabíamos, pero de todas maneras este sábado quedó mucho más claro.

Puebla es territorio Sheinbaum.

Y acuerdos de fondo, de verdadero fondo, respaldan la afirmación.