Lalo Rivera, un año de gobierno

Victor de Regil

Se ha llegado al primer año de gobierno del presidente de Puebla Capital en un clima político panista-aliancista, presumiendo una muy buena relación con el gobernador Miguel Barbosa Huerta, de quien también recibió halagos y hasta bromas, el presidente municipal de Puebla capital, Eduardo Rivera Pérez, rindió su primer informe, con casa llena y en un ambiente despojado de tensión, que le permitió un discreto coqueteo hacia 2024.

En el Centro de Convenciones, la lista de los aliados estuvo completa. Se cumplió con el protocolo de la sesión de Cabildo y se rompió, por momentos, el acartonamiento que tradicionalmente tienen estos actos.

Eduardo Rivera resaltó el dinamismo de su administración, así como su relación y cercanía con los ciudadanos. De todos los sectores y generaciones.

Los servicios inmediatos y eficientes, como el programa Médico Contigo, que ha implementado. El impulso de su administración a los pequeños empresarios, así como los apoyos al deporte y a los jóvenes.

La rehabilitación de vialidades. El rescate del Centro Histórico. Las acciones que buscan poner a Puebla en “los ojos del mundo”.

Es importante mencionar la relevancia de su trabajo para resolver el tiradero que le dejó su antecesora, la morenista Claudia Rivera.

Los mensajes políticos fueron también contundentes.

La relación, “con ciertos jaloneos”, pero eficiente y franca, con el gobierno estatal barbosista. El trabajo conjunto.

La coordinación, a pesar de los distintos colores partidistas en los gobiernos municipal de la capital y el estatal.

La cohabitación respetuosa y madura de dos “políticos profesionales”, reconoció Rivera Pérez.

Por primera vez eres un alcalde “libre”, le regresó Barbosa en su oportunidad, con cortesía.

La alusión se refirió al yugo con que gobernó la ocasión anterior (2011-2014), por la presión del morenovallismo de entonces.

En el intercambio de mensajes, los testigos fueron de buen nivel.

Los dirigentes, nacionales y locales, de los partidos que respaldaron la alianza con la que Eduardo Rivera Pérez llegó al Palacio Municipal.

También el presidente de la Cámara de Diputados, el panista Santiago Creel Miranda, aunque se retiró apenas terminó el discurso del alcalde.

Por parte del PRI nacional, estuvo la representación de Carolina Viggiano, secretaria general.vMarko Cortés Mendoza, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) panista. Jesús Zambrano, dirigente del PRD.

Muchos aliancistas, pero también prevalecieron todos los protocolos y estilos del PAN.

Hubo bromas del gobernador. “Se está gobernando bien en los municipios… hoy es el informe de Eduardo Rivera Pérez y me toca hablar bien de él. Ni modo que no”.

Barbosa recordó su buena relación, que viene desde 22 años, de cuando fueron diputados federales.

“Nos tomamos aprecio. Así que hemos caminado en esa referencia de amistad.

“Él en su ruta y yo en la mía. Le tengo respeto y para mí es un político destacado, un político lucido e inteligente…”, le expresó.

Su amistad, la reconocieron los dos. A nadie se presiona ni se espía ahora, aprovechó el gobernador para decirle.

El rumbo de Puebla capital lo está corrigiendo Eduardo Rivera, pero el del estado lo estoy corrigiendo yo, dijo Miguel Barbosa (palabras más, palabras menos).

En su momento, Eduardo Rivera habló incluso sobre su futuro político:

“Un bien político debe estar preparado para los retos por venir y yo soy un hombre de lucha que siempre está preparado para afrontar las batallas que vengan, Dios y el tiempo abrirán el camino y ustedes los ciudadanos tendrán la última palabra”, señaló.

Fue una buena tarde para los protagonistas que asistieron a éste informe. Hubo mensajes políticos de alto nivel, pero sobre todo cordialidad en pleno.

Podrá durar mucho o muy poco.

El calendario tiene las fechas bien marcadas.

Todas en el año 2024.

Y ahí la historia podría ser muy diferente.