María Clara de Greiff Lara, egresada de la Licenciatura en Humanidades de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), fue reconocida con el Premio de Justicia Social otorgado por la oficina de Diversidad y Equidad Institucional de Dartmouth College, por su trabajo con migrantes trabajadores de granjas lecheras en Vermont, lo cual también da pie a su libro recientemente presentado: «Manos que hablan, voces de las Granjas Lecheras del Upper Valley» realizado con el trabajo fotográfico de Jorge Carlos Álvarez Díaz, egresado de Diseño Gráfico de la UDLAP.
El pasado 23 de mayo, en un evento protocolario encabezado por Martin Luther King IIIC, María Clara de Greiff fue reconocida con el Holly Sateia por su liderazgo en pro de la justicia social, ante esto, compartió que este premio abre un camino de posibilidades para las voces de los protagonistas de su libro, mismo que recoge parte del trabajo que le consiguió dicho reconocimiento. “Este premio significa seguir adelante con estos temas e ir creando conciencia para mirar al otro, no desde la distancia o una trinchera, sino viendo cómo podemos hacer un sentido de comunidad para ayudar a nuestros amigos migrantes de las granjas lecheras que sostienen la economía del estado de Vermont, de sus familias en México y en Centroamérica”.
«Manos que hablan, voces de las Granjas Lecheras del Upper Valley» conjuga en sus páginas parte del trabajo con el cual fue reconocida María Clara de Greiff, además, presenta tres narrativas interesantes, por un lado la vida e historia de sus protagonistas migrantes, trabajadores de seis granjas lecheras de Vermont Estados Unidos; por otro lado, el trabajo de Fuerza-Farmworkers-Fund, un grupo encabezado por María Clara de Greiff con el valioso trabajo de estudiantes de Dartmouth Callege; y la narrativa visual en el constante movimiento de las fotografías de Jorge Carlos Álvarez Díaz.
En 2017 con la invitación de un profesor de Dartmouth, María Clara de Greiff se acercó a una granja lechera en Vermont sólo para encontrarse con una comunidad de más de 1500 trabajadores que enfrentan una situación laboral de jornadas de trabajo de 74 horas a la semana; “son un grupo de personas que trabajan, pagan impuestos y que no tienen derechos de salud o transporte y que están totalmente consignados a una esclavitud moderna y a un aislamiento”. Ante esto, con su ímpetu y sangre periodista, María Clara de Greiff se encargó de platicar con ellos en búsqueda de poder compartir sus historias de vida, para compartir “los talentos que tienen estas manos que hablan, explicar qué hay detrás de estas manos de tanto trabajo, de estoicismo, de resiliencia, y me topé con historias en verdad admirables”.
Para poder escribir esta obra, la egresada UDLAP se dio a la tarea de adentrarse a dichas comunidades y acompañarlos en sus jornadas de trabajo para no solamente escribirlo desde un punto de seguridad, certeza y privilegio, “con amigas de las granjas hice sus jornadas de 12 horas en el invierno monstruoso de febrero típico de Vermont, jornadas donde ellas se tienen que levantar a las 3:00 de la mañana para ir a darles de comer a los terneritos recién nacidos y separados de las vacas. Me encontré, en las 7 diferentes granjas con las que trabajamos, con gente alegre, agradecida, con un sentido de resiliencia que se sentía y que rompía con su invisibilidad cuando veían su historia publicada”, compartió María Clara de Greiff.
Sin, duda, el trabajo de Carlos Álvarez, fue crucial para esta obra, ya que, ante la búsqueda de proteger la identidad de los protagonistas, el egresado UDLAP se enfrentó al desafío de fotografiar la voz y todo lo que esas manos tenían por contar. “Surgió la idea de hacer un juego de imágenes donde él se enfocará a las manos y a la mirada y a todo lo que dicen estas manos de trabajo”, explicó María Clara; por lo tanto, el libro está acompañado de tomas en blanco y negro que destacan estas historias y a la par de la publicación de dicha
Finalmente, Fuerza-Farmworkers-Fund es otra de las voces que ayudar a construir este relato, ya que este grupo de estudiantes de Dartmouth College fue decisivo también para el libro. Esta organización ha trabajado en diferentes comités y proyectos como el de enseñanza del inglés como segunda lengua para generar planes de acción ante las necesidades de sus amigos de las granjas. “Nuestra organización no tiene la pretensión de darles voz a los migrantes de las granjas, ellos tienen voz, nosotros queremos ser un espacio para que sus historias de vida se escuchen y para que ellos sean vistos”, puntualizó la egresada UDLAP.