Jorge Luis Domínguez. Licenciado en Negocios Internacionales, con 6 años de experiencia en el medio aduanero; Jorge ha decidido incursionar en el mundo de la literatura. Bajo la tutela de Miguel Barroso Hernández, en el Taller de Escritura Creativa Miró, descubre que las historias viven en nosotros y en nuestra forma de contarlas.
Explorando las técnicas narrativas y herramientas necesarias para la materialización de un texto: “… construyo personajes, que cobran vida, influenciados por mis experiencias personales, creencias y miedos” –asegura Jorge. Y es que escribir se le ha convertido en terapia reconfortante.
Inconfesiones
Tiemblas sin frío. Das vueltas sobre la cama y tu piel desnuda rosa las suaves sábanas. Sudas. La temperatura corporal aumenta y se te pone la piel de gallina. Tus piernas se humedecen y las manos lujuriosas abusan del placer prohibido.
“Carmen, cariño, entregaste tu vida al Señor… No puedes, no puedes, no puedes…” –repites dentro de ti; fuera, los gemidos llenan la habitación, mientras te retuerces en la cama.
¿Una vez más, entregándote a uno de esos demonios que perturban tus sueños?
“El lobo acecha a su presa” –dijo el padre durante la misa y tú eres la ovejita que en la obscura noche se ha perdido.
Y ahora, también están los jóvenes seminaristas, restaurando la capilla, en ocasiones con el torso desnudo y el sudor empapándole los pantalones. No es tu culpa, querida Carmen. Quieres arrancar todo tipo de pensamientos impuros, dormir tranquila, pero no puedes. Dios sabe cuánto lo has intentado.
Como cada noche te levantas de golpe y caminas hacia el taburete. Tomas la soga, que cuelga del reposabrazos e hincada en el suelo, mientras rezas interminables avemarías, te azotas la espalda con todas tus fuerzas.
¿Para qué te autoflagelas? Con la luz del sol se habrán ido los demonios y, sintiéndote segura, saldrás en busca del resto de las monjas para la oración de la mañana.