P U L S O P O L I T I C O
Gabriel Sánchez Andraca
Los críticos del gobierno federal, que piden que sean suspendidas las obras del tren Maya, del aeropuerto “Felipe Angeles” y de la refinería de “Dos Bocas” y que ese dinero se emplee en la compra de medicinas, en la contratación de médicos y enfermeras, porque según ellos, la lucha contra la pandemia del coronavirus en México, es un desastre, guardan cómplice silencio cuando el INE aprueba sin discusión y casi por unanimidad, un 38 por ciento de aumento a las prerrogativas (subsidios) a los inservibles partidos políticos mexicanos, para hacer un total para el 2021, de 7 mil 226 millones de pesos. Es decir, se incrementa el monto de los subsidios a los partidos, que en 2020 fue de 5 mil 239 millones, en casi 2 mil millones de pesos.
Dirán que ellos no lo aumentan, que lo aumenta la ley. Y es cierto, pero la ley no va a ser cambiada por el Congreso, porque los diputados y senadores representan a los escuálidos partidos políticos mexicanos, pero debe haber mecanismos para vigilar el eficaz cumplimiento de la labor política y social que los partidos están obligados a realizar para que la democracia en nuestro país salga de la mediocridad en que se encuentra y sea más eficaz para garantizar el desarrollo de la nación en los temas político, económico y social.
Los consejeros del INE, bien pudieron no aprobar el aumento, por la emergencia sanitaria y económica en la que se encuentra sumido, no solo México, sino todos los países del mundo; bien pudieron explicar las razones por las que el año próximo los partidos no recibirían ningún incremento y que se obligaran a realizar campañas austeras para no dilapidar recursos que el país necesita para atender problemas prioritarios, pero tal parece que el INE se ha vuelto cómplice de los inservibles partidos, para hacer quedar mal al gobierno, del que han recibido críticas, y dar tema para mayores ataques a la actuación del Presidente.
EN ESTE ESPACIO hemos criticado siempre la inoperancia de los partidos políticos que no cumplen con los mínimos requisitos para serlo y que por ello no constituyen ningún apoyo para el avance de la democracia en México.
Ni PAN, ni PRI, ni PRD, ni “Morena”, el partido en el poder, tienen una ideología clara, los que la tenían, la han perdido y los que se inician, todavía no le encuentran la cuadratura al círculo.
A raíz de que los partidos empezaron a ser subsidiados, con el pretexto de que así no podrían ser infiltrados por la delincuencia o por oportunistas que buscarían solo influencias para hacer negocios o tener poder político, los dirigentes le entraron a la corrupción en serio: No tendrán presencia en los 32 estados del país, no contarán con la estructura necesaria para trabajar en la preparación política de sus militantes, ni para constituirse en organizaciones respetables, con disciplina, con trabajo partidista y trabajo social, pero sí, sus líderes, se hacen millonarios y llegan a ocupar puestos importantes de representación popular o reparten entre familiares y amigos candidaturas para aumentar su influencia y poder político en sus respectivas regiones.
Hemos recordado aquí, en repetidas ocasiones, que el fundador del PAN, don Manuel Gómez Morín, dijo en 1939, cuando se fundó ese partido, que esas organizaciones deberían ser escuelas de política.
En sus inicios el PRI, el PAN y el PPS, representantes de las tres corrientes políticas existentes en México: liberal, conservadora y de izquierda, tenían cursos de capacitación política para sus militantes de todos los niveles, tenían sus medios de información impresos: el PRI, la revista semanal La República; el PAN, su revista nacional, La Nación y el PPS, su diario “El Popular”. Hoy, con todo y los millonarios subsidios que reciben todos, no cuentan ni con una hojita semanal que, como lo hacen las diversas iglesias, por lo menos oriente o medio oriente a sus militantes sobre los trabajos que se hacen o sobre el ideario de cada organización política.
Los partidos no hacen política, hacen politiquería basada en rumores y chismes y desde que el PAN importó la “guerra sucia” a México, trayendo a un especialista en “guerra sucia o de lodo” de España, para la campaña de Vicente Fox, todo el sistema político mexicano empezó a descomponerse, a degradarse, hasta llegar a los insultos personales entre contendientes por algún puesto público, en meterse en la vida privada de los contrincantes sin respeto ni consideración para nadie. Por eso la política y los políticos en nuestro país, han alcanzado el desprestigio que ahora tienen. ¿Vale la pena aumentarles los subsidios a los partidos cuando hay tantas necesidades que atender en México? El gasto que en este aspecto se hace, es dinero tirado a la basura.
SIETE DE OCHO REGIDORES y el Síndico Municipal, de Lara Grajales, están pidiendo la destitución del presidente municipal Jorge Alejandro Vera Palacios y del tesorero, Iván Zamora, del Secretario General, del director de obras; de la contadora general y del director de obras, por negarse a informarles de los costos de las obras que se han realizado. Los regidores parecen no tener derecho a nada dicen. Por ello convocaron a una sesión extraordinaria de cabildo, que el alcalde desautorizó y llevó a gente para disolverla por la fuerza y se armó un merequetengue. El secretario general, se informó el alcalde, se enfermó de estrés, por culpa de los regidores. Un caso para la Secretaría General de Gobierno y el Congreso del Estado.